La isla de Maui se hizo mundialmente famosa este verano por el devastador incendio que asoló su ciudad más emblemática y turística. Lahaina quedó arrasada, pero este idílico lugar, de los más visitados del archipiélago, aún tiene mucho que ofrecer.
"Please come to Maui (Por favor, vengan a Maui)". Este es el mensaje desesperado que autoridades, fuerzas de seguridad y asociaciones de hosteleros de Maui lanzaban al mundo a finales de agosto, dos semanas después de que un devastador incendio, cuyas terribles imágenes dieron la vuelta al mundo, arrasara la histórica localidad de Lahaina, situada al oeste de la isla hawaiana. Unos 45.000 turistas abandonaban entonces Maui, mientras en las redes sociales y en los telediarios se aconsejaba no ir o posponer las vacaciones.
Los fantasmas del Covid y del confinamiento volvieron a sobrevolar este precioso rincón del Pacífico, uno de los más deseados por los norteamericanos para ir de vacaciones. Miles de coches de alquiler se amontonaban cerca del aeropuerto, reservas en hoteles y restaurantes se cancelaban, las tiendas se quedaban vacías y la desesperación se cernía una vez más sobre los pequeños y grandes negocios, por lo que se decidió hacer un llamamiento que, a día de hoy, sigue vigente: "El oeste de Maui está cerrado, pero el norte, el sur y el este están abiertos y deseando recibir a gente".
La preciosa e histórica Lahaina (más del 80% asolada), capital del Reino de Hawai desde 1820 hasta 1845, antes de ceder el testigo a Honolulu, en la isla de Oahu, era una parada obligada para los turistas, a la que se accedía por una carretera (hoy cerrada al tráfico no autorizado) bordeando la costa y rodeando la imponente cadena montañosa de West Maui Mountains. Pero, como dice el mensaje, en Maui hay mucho más que ver y hacer y muchos lugares más donde disfrutar de este paraíso, meca del windsurf, de playas espectaculares (incluidas de arena negra), bosques tropicales, volcanes, originales pueblos tradicionales, cascadas interminables, y donde el arco iris hace acto de presencia casi a diario en alguno de sus puntos cardinales.
Situada en el Pacífico Norte, a unas seis horas de vuelo de Los Ángeles, Maui es la segunda isla más grande de las ocho que componen Hawái, el 50º estado de EEUU, y la tercera más poblada. Su superficie es similar a la de la isla de Tenerife y se caracteriza por un ritmo de vida tranquilo y por su exuberante naturaleza, lo que supone un gran reclamo para los amantes del mar, la montaña, el senderismo, los deportes... Mostramos algunas de las maravillas de este lugar en las antípodas de España por las que merece la pena cruzar el planeta.
LAS PLAYAS DEL SUR
Son de las más fotografiadas y famosas de la isla por su belleza (ojo a las puestas de sol) y están situadas a lo largo de unos 15 km de costa en las localidades de Kihei y Wailea. La primera es más residencial y la segunda es la zona más exclusiva de la isla, donde se suceden los hoteles y espectaculares resorts, campos de golf llenos de actores de Hollywood y algún centro comercial con marcas de lujo.
Las playas, de arena fina dorada, son públicas y, pese a estar delante de los mejores hoteles, son de libre acceso (hay aparcamientos habilitados). Entre las más bonitas están la playa de Charley Young, Kamaole III (muy concurrida los fines de semana por estar junto a un parque con barbacoas, campos de voley...), Keawakapu y Ulua, a los pies de mansiones de escándalo, y la pequeña Polo Beach, por un lado de arena y por el otro de roca negra volcánica.
Para los que les gusta caminar, existe un sendero de unos 5 km, el Wailea Beach Path, que va en paralelo y por encima de las playas entre palmeras y verdes praderas, desde Mokapu hasta la mencionada Polo. A su paso por Wailea Point, un saliente de rocas, enseguida aparecen tortugas de mar campando a sus anchas. Es recomendable llevar las gafas y el tubo durante el paseo para, en cualquiera de los puntos del camino, meterse en el agua y bucear.
Una parada imprescindible en la costa sur es la extraordinaria playa de Makena (conocida como Big Beach), situada algo más apartada dentro del Parque estatal del mismo nombre y asentada a los pies de una de las laderas del volcán. Son 2,4 km de arena dorada y aguas verdes cristalinas donde no es extraño compartir el baño con tortugas, si las olas lo permiten. En invierno, entre noviembre y abril, cuando las ballenas jorobadas llegan al archipiélago para tener a sus crías, esta playa es uno de los puntos más especiales para sentarse en la arena y disfrutar de ellas. Se las oye y ve saltar en el agua constantemente, un espectáculo que, en realidad, se puede apreciar también alrededor de toda la isla.
EL VOLCÁN
El impresionante Haleakala (traducido del hawaiano como «la Casa del Sol») se ubica dentro del Parque Nacional del mismo nombre, que ocupa toda la parte este de la isla. Alcanzar la cima y adentrarse a pie en el inmenso cráter, a 3.055 metros sobre el nivel del mar, es una de las excursiones obligadas en Maui (imprescindible ir abrigado). Hay varios senderos, pero el más exigente (recomendado para los que están en excelente forma física) es el que atraviesa por dentro todo el cráter. Son algo más de ocho horas de camino entre las piedras y rocas de un paisaje lunar.
Los tonos ocre del volcán resaltan con el verde de las praderas y los bosques que hay en la carretera de subida a la cima. Desde ella, donde se encuentran algunos de los telescopios más importantes del mundo, se puede ver el resto de las islas por encima de las nubes y la totalidad de Maui en los días claros, pero el mayor reclamo es subir a disfrutar del amanecer.
LA CAPITAL DEL WINDSURF
La costa norte de Maui también alberga increíbles parques, como el precioso Baldwin Beach Park, y playas, pero es más ventosa y con mayor oleaje. Una de las playas más famosa es Ho'okipa, mundialmente conocida entre los surfistas y los windsurfistas avanzados y en la que se celebran anualmente importantes competiciones. Mientras unos hacen windsurf, otros nadan en la orilla donde el buceo está permitido, aunque se recomienda hacerlo con precaución por la cantidad de rocas y gran oleaje. Otro gran atractivo de esta playa es la zona protegida que hay en una esquina de la arena, donde descansan numerosas tortugas.
Pueblos históricos
Lahaina no es el único pueblo histórico de Maui. Junto a Ho'okipa está Paia, llena de surfistas en temporada alta. Llaman la atención las coloridas fachadas de madera de los edificios antiguos que albergan, además de tiendas de deporte, galerías de arte local, exclusivas boutiques y restaurantes de cocina tradicional.
A pocos kilómetros, se encuentra otro pintoresco lugar rodeado de pastos. Es Makawao, más rural que el anterior pero también ideal para pasear entre sus coloridas construcciones y explorar entre sus comercios.
Ubicada al pie de las impresionantes West Maui Mountains, está Wailuku, la segunda gran ciudad de Maui. Es fundamentalmente residencial pero merece la pena acercarse a ella y explorar las encantadoras fachadas de madera alrededor de Market Street, con negocios familiares a los que acuden los locales y mercadillos semanales.
La ciudad es también la entrada al exuberante Iao Valley, que antiguamente fue el cementerio sagrado de los jefes hawaianos y hoy es un paraíso para senderistas. Se trata de un parque natural entre elevadas cumbres verdes que en su día, miles de años atrás, fue otro volcán. Desde las cimas fluyen ríos con cascadas que van creando pozas donde la gente se puede bañar. En el centro está la icónica Iao Needle, de 366 metros, una roca en punta cubierta de un manto verde.
LA CARRETERA A HANA
El zigzagueante y estrecho camino que lleva al histórico y aislado pueblo hawaiano de Hana, al este de la isla, a las faldas del volcán, es en sí mismo una atracción turística. El trayecto, de unos 70 km, suele durar hasta cuatro horas, no sólo por sus 620 curvas y 59 puentes, sino por su espectacular paisaje, que obliga continuamente a detener el coche para sacar fotos.
A lo largo de la carretera se suceden increíbles acantilados, bosques tropicales con estanques para zambullirse, cascadas interminables, piscinas naturales en el mar, playas de arena negra (como Black Sand Beach), templos hawaianos y parques naturales. La iglesia católica de St. Sophia's marca la llegada a este auténtico pueblo donde las tradiciones aún siguen intactas.
INFORMACIÓN DE INTERÉS
CÓMO LLEGAR: Iberia vuela a Los Ángeles, donde hay que conectar para llegar a Kahului, la capital de Maui. Una vez en la isla, hay que alquilar coche. La temporada alta es de noviembre a abril, que coincide con la presencia de las ballenas jorobadas.
DÓNDE DORMIR: Los municipios costeros de Kihei y Wailea, al sur de la isla, son los más conocidos para alojarse, por la cantidad de hoteles, resorts y Airb&B.
DÓNDE COMER: En Kihei, Monkeypod Kitchen es uno de los puntos más de moda, con música en directo, cócteles, cerveza artesana y platos para compartir, donde no falta el poke, el plato por excelencia en Hawái.
Marisco, pescado y cocina local en Mama's Fish House, en la localidad surfera de Paia. Y con increíbles vistas a la montaña, está Cafe O'Lei at the Plantation, en Wailuku, con platos tradicionales locales.
MÁS INFORMACIÓN. En www.gohawaii.com
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