Se acrecenta el interés de los viajeros más atrevidos por visitar países afectados por las guerras. Cada vez son más aquellos que quieren alejarse del clásico sol y playa o turismo cultural, para adentrarse al conocimiento de las culturas de países como Yemen, Chernobyl, Líbano o Kurdistan, entre otros.
Así lo revela Joan Torres, un fanático de este “desconocido” segmento de los viajes que en 2016 fundó Against the Compass, una agencia especializada para captar el interés de ciudadanos con intereses similares. En su oferta apuesta por “los países menos visitados y más inusuales”, con atractivas propuestas para conocer Siria, Libia o Irak.
“Vi que había cierta gente que se ganaba la vida con blogs de viajes y me surgió la idea de hacer uno”, explica en declaraciones a El País. “Empecé escribiendo guías muy completas de estos destinos y, eventualmente, a organizar viajes en grupo”. En la actualidad, ya trabaja a tiempo completo para su agencia.
En su página web se pueden ver casi una veintena de itinerarios diferentes. Para que se hagan una idea de la demanda, en algunos de ellos ya han colgado el cartel de “no quedan plazas” cuando aún restan semanas e incluso meses para su inicio.
Los precios son bastante más caros de lo que pueden imaginar. Oscilan entre los 1.000 y los 3.000 euros para salidas de entre cinco y diez días, ya que organizar un itinerario de este tipo conlleva mucho trabajo y una gran responsabilidad para velar por la seguridad de los clientes.
Más económicas son las tarifas de Young Pioneer Tours, otra empresa especializada que nació bajo el lema “Te llevamos a los destinos que tu madre no quiere que visites”. Su oferta se centra en Corea del Norte, hacia donde organiza anualmente decenas de salidas.
Para su fundador, Gareth Johnson, la clave para que los clientes no tengan ningún problema en este tipo de viajes es “respetar la cultura y las reglas”. “Yo no estoy de acuerdo con todo lo que sucede en este u otros países a los que voy, pero al estar allí sé que debo guardarme mis opiniones”.
Vi que había cierta gente que se ganaba la vida con blogs de viajes y me surgió la idea de hacer uno
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