domingo, 12 de marzo de 2023

San Pedro del Río: una joya colonial enclavada en las montañas tachirenses


Una belleza sin igual es lo que ofrece San Pedro del Río a sus visitantes. Como si el reloj se hubiese detenido hace muchos años.

San Cristóbal. Un pueblo típico enclavado entre las montañas tachirenses, en el que pareciera que la modernidad no llegó a sus calles, es conocido como la Joya del Táchira. Ese es San Pedro del Río.

Ubicado en el municipio Ayacucho, al norte del estado Táchira, San Pedro del Río se encuentra a unos 45 minutos de San Cristóbal. Tras tomar la autopista San Cristóbal-La Fría, luego del tramo de Lobatera, a mano derecha está la entrada que conduce a este peculiar pueblo, en el que se estima habitan alrededor de 5000 personas.

San Pedro del Río
Enclavado en el tiempo quedó San Pedro del Río. Foto: Jorge Castellanos

Lo primero que recibe al visitante son sus calles empedradas. Allí el asfalto no llegó nunca y no por desidia, sino porque todo el pueblo conserva su diseño típico y colonial. Esto constituye en la actualidad uno de sus principales atractivos tanto para los tachirenses como para quienes van de visita desde otras regiones del país.

La historia remonta su fundación hacia el año 1840, cuando se le conocía como Río de Las Casas, ya que la quebrada La Chirirí pasaba muy cerca de las viviendas.

Sus habitantes han sabido aprovechar las bondades de San Pedro del Río y dentro de sus hogares crearon posadas acogedoras que ofrecen al turista un descanso plácido en medio de las montañas.

San Pedro del Río
Los propietarios de las viviendas procuran hacer la menor cantidad de remodelaciones, todo para mantener el diseño original. Foto: @sanpedrodelrio

Piscinas, restaurantes, venta de artesanías y dulces típicos son parte de lo que los ríopedrenses ofrecen a los visitantes.

En San Pedro del Río “no hace frío”, en comparación con otros sitios turísticos del estado. La temperatura puede llegar entre los 28 y 30 grados, dependiendo de si es temporada de sequía o de lluvia.

Normas

A fin de conservar el diseño colonial del pueblo se crearon una serie de normas para regular el cuidado de la arquitectura, el uso de pinturas, entre otros. Entre los colores permitidos, por ejemplo, está el blanco. Rodapiés, ventanas y marcos pueden pintarse en tonos verdes, marrones y azules. Habitantes indican que una compañía de pinturas en Venezuela tiene el material con el cual pueden remozar sus hogares.

Asimismo, en San Pedro del Río no hay postes eléctricos, todo el cableado es subterráneo. Esto debido a que los cables y guayas, además de distorsionar lo colonial, afectaban la vista.

Las casas y demás deben estar pintadas de blanco. No se permite otro color. Foto: @sanpedrodelrio

En lo que concierne a la remodelación de las fachadas, la norma establece que la misma debe hacerse manteniendo el diseño original.

Otro elemento es la pulcritud. En sus calles, sin importar el día o la hora, no habrá vestigios de basura de ningún tipo. En todo el pueblo hay cestos para el manejo de desechos sólidos. El mantenimiento del área y su conservación le han valido su popularidad como locación de series, videos musicales y telenovelas.

Autopista destruida

Pese a que el pueblo conserva su hermosura, el viaje de ida no es tan plácido. La autopista San Cristóbal-La Fría está en muy malas condiciones, al igual que la carretera trasandina.

Son innumerables los baches, huecos, derrumbes y fallas de borde que registra la zona, por lo que la precaución es fundamental para evitar un accidente.

¿Qué hacer?

Al llegar al pueblo, un enorme samán recibe a los turistas. Este se ubica en toda la mitad de la plaza Bolívar de San Pedro, convirtiéndolo en el punto de encuentro de todos los servicios que se ofrecen en el poblado.

Para recorrer el pueblo no es necesario andar en carro. Las caminerías ofrecen al visitante una hermosa vista circundada por montañas y por el canto de las aves, así como la tenue música tradicional andina que cada dueño de establecimiento tiene para atraer a clientes.

El pueblo se recorre a pie sin contratiempos. Es un paseo para todas las edades. Foto: @sanpedrodelrio

En el paseo La Chirirí, que se encuentra en la muralla del pueblo, hay recorridos a caballo, venta de dulces, pasteles, degustación de bebidas típicas a base de miche callejonero mezclado con frutas, artesanías y un pequeño parque para los más pequeños de la casa.

Cada calle ofrece ventas de dulces típicos, los cuales son a veces difíciles de escoger, ya que las mezclas producen una explosión de sabor en el paladar de quienes los prueban. Leche cortada, coco, piña, lechosa, higo, moras, fresas, melocotones y los tradicionales quesillos y tortas tres leches aguardan todos los días a los visitantes.

En San Pedro del Río la artesanía no falta. Casas de arcilla, fachadas de la zona, piezas de madera, cuatros y demás son vendidos en el establecimiento de Los Alfareros, que queda justo frente a la plaza.

Montaña adentro

Pero en San Pedro no todo es placidez. También hay espacio para lo extremo. Quien desea practicar canyoning o bien echarse un chapuzón, puede subir hasta la población de Los Palmares, a unos 15 minutos del pueblo, y tras caminar unos cinco minutos montaña adentro conseguirá los más espectaculares pozos de agua dulce.

Pozos de aguas cristalinas los esperan en La Palmares. Foto: Jorge Castellanos

Estos tienen por nombre Las Adjuntas, pero también se les conoce como Pozos Azules. La única norma para disfrutar de estos espacios es no dejar desechos ni hacer necesidades fisiológicas dentro, ya que estos surten de agua a caseríos vecinos.

Colombianos llegaron

San Pedro del Río está más cerca de la frontera que de San Cristóbal, por lo que, con la apertura de frontera, muchos colombianos llegaron hasta este hermoso rincón tachirense para hacer un poco de turismo.

Para estos vecinos la experiencia resulta más económica que para los venezolanos, debido al diferencial cambiario.

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1 comentario:

  1. Pese a que el pueblo conserva su hermosura, el viaje de ida no es tan plácido. La autopista San Cristóbal-La Fría está en muy malas condiciones, al igual que la carretera trasandina.

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