Portugal está preocupado por la crisis de la vivienda en el país, por lo que este viernes lanzó un inesperado paquete de medidas entre las que una de las más llamativas es la prohibición total en todos los núcleos urbanos de una licencia más para operar una vivienda en cualquier plataforma como Airbnb. Mientras tanto, se ponen en marcha otras medidas para incentivar a quienes ya están autorizados, para que abandonen esta actividad (Francia: proyecto de ley para minimizar a Airbnb).
Fue el propio Antonio Costa, el primer ministro, quien compareció para anunciar estas modificaciones en el mercado de la vivienda.
Ahora, cada cinco años se estudiará cada licencia ya concedida para operar en estas plataformas y se dará una exoneración fiscal para quienes abandonen Airbnb y vuelvan a alquilar a medio plazo, como era normal antes del negocio turístico.
Se mantienen la posibilidad de permisos en algunas zonas rurales, no precisadas.
Aunque en otra dimensión, Portugal acaba con el régimen de "visa dorada". Este programa ofrecía la posibilidad de que ciudadanos no comunitarios pudieran instalarse en el país con una visa que lo permitía, siempre que compraran una propiedad de medio millón de euros, al menos. Según los datos estadísticos, el diez por ciento de las ventas de viviendas actualmente se hacían a extranjeros que así conseguían el derecho a vivir en cualquier país de la Unión Europea.
Fue el propio Antonio Costa, el primer ministro, quien compareció para anunciar estas modificaciones en el mercado de la vivienda.
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