Los dos accidentes del 737 Max ocuparon los titulares de los medios de comunicación, pero al margen, casi a escondidas, Boeing también ha estado sufriendo la paralización de las entregas del 787, desde 2020, por problemas con la certificación de sus procesos. La consecuencia de todo esto afecta directamente a la cuenta de resultados, como es lógico. (El Boeing 787, principal afectado por el impacto de las redes 5G)
Por eso, la noticia de la última hora del viernes era esperada: la FAA, el organismo estatal americano que certifica los aviones, ha permitido que se reinicie la producción del avión y que se puedan entregar a los clientes. (Boeing baja la producción del 787 por poca demanda)
Para que se hagan una idea de la magnitud del problema, hoy Boeing tiene unos 120 aviones 787 pendientes de finalizar y entregar, con el volumen de dinero que supone un avión de los más grandes del mercado y que tiene un precio de lista de 338 millones de dólares (que rara vez paga un comprador).
Aún queda que los ingenieros de Boeing implementen algunos cambios procedimentales en la producción de los aviones pero, por supuesto, la noticia del viernes, largamente esperada, supone un alivio para la compañía, que estaba desbordada de aviones y que tenía que alquilar espacio para conservarlos.
Ahora el fabricante deberá asegurarse de que toda la cadena de suministradores se alinea con sus objetivos de producción, cosa que actualmente no está siendo fácil para nadie.
Ahora el fabricante deberá asegurarse de que toda la cadena de suministradores se alinea con sus objetivos de producción, cosa que actualmente no está siendo fácil para nadie.
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