Regenwald Tours ha planificado la ruta cervecera
Tengo muchas aventuras vividas en la Colonia Tovar. Soy músico y folklorista de la zona y, a pesar de no haber nacido en medio de estas bellas montañas, la siento muy mía porque desde hace años la estoy visitando y es mi lugar de trabajo.
En ese hermoso destino turístico disfruto del clima, los paisajes, los aromas, la cultura, la historia y la tradición. Y una actividad que no puedo dejar de hacer es saborear una buena cerveza artesanal coloniera.
Tomar cerveza en la Colonia Tovar es una aventura mágica que se debe acompañar con una buena comida y la música y el ambiente alemán que también nos conectan con el sabor y la alegría desbordante del Oktoberfest.
El clima es perfecto para disfrutar los variados tipos de cerveza artesanal coloniera sin que por efectos de un calor y sol intensos se alteren las propiedades olfativas y gustativas de la bebida.
Los días 24, 25 y 26 de junio vamos a realizar una actividad turística de recorridos con los rústicos de Regenwald Tours, llamada La Ruta Cervecera, que comprende historia, tradición, entretenimiento, música y cultura cervecera, visitando e interactuando en lugares relacionados con todo este homenaje y reconocimiento que se le quiere dar a Theodor Benitz, precursor de la cerveza en la Colonia Tovar y en Venezuela.
Me ubico en la historia por ser el lugar pionero del emprendimiento de la cerveza en Venezuela, epicentro ancestral de la pasión del venezolano por esta bebida. En 1843 comenzó esa historia con los maestros cerveceros Theodor y Karolina Benitz, en el establo y trilla de su casa, hoy Café Muhstall.
En el libro La Colonia Tovar y su gente, Leopoldo Jahn Montauban asegura que ese acontecimiento fue en junio de 1843, sin precisar la fecha exacta. Seguramente ese acontecimiento ocurrió días antes del 26 de junio de 1843, porque ese día murió Theodor.
Cada año se celebran esos importantes momentos históricos para las cerveceras venezolanas, industriales y artesanales, en especial la cerveza de la Colonia Tovar.
En 1843 comenzó esa historia con los maestros cerveceros Theodor y Karolina Benitz, en el establo y trilla de su casa, hoy Café Muhstall.
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