Inicialmente, la patronal de la aviación mundial se tenía que empezar a reunir estos días en Shanghái, pero como los chinos siguen luchando contra el virus, los 240 integrantes de IATA, la organización más poderosa del mundo en materia de aviación, se van a Doha, Qatar, donde está también una de las mayores aerolíneas del mundo y hoy, desde luego, una de las más rentables.
Así que este fin de semana empiezan sus reuniones, bajo la responsabilidad organizativa de Qatar Airways.
Entre los asuntos que se van a discutir hay algunos para la galería, como la guerra de Ucrania, ante la que IATA no puede hacer nada, pero también está el caos en la mayor parte de los aeropuertos y rutas aéreas de Estados Unidos y Europa, consecuencia de la falta de mano de obra y de la desorganización de las compañías, los aeropuertos y las autoridades fronterizas (España, de los destinos más afectados por el caos de Gatwick).
La sesión, que estará presidida por el director general, Willie Walsh (ex IAG, propietaria de Iberia y British Airways) tiene que abordar también el reto de la descarbonización de la aviación y los impuestos ecológicos que proliferan en el mundo afectando de lleno a la aviación. Obviamente, el aumento del combustible también puede ser un tema importante.
También es un momento estelar para Akbar Al Baker, el hombre fuerte de Qatar Airways, que es el primer accionista de IAG y que tiene una red de poderosas influencias en el mundo de la aviación. Al Baker además desea promocionar su país que será en breve capital del fútbol, al celebrarse allí el mundial de este año.
A lo largo de estos días habrá muchos acuerdos bilaterales entre compañías y fabricantes –el conflicto de Qatar con Airbus está sobre la mesa–, así como otros temas trascendentales para el desarrollo del sector.
Obviamente, el aumento del combustible también puede ser un tema importante.
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