En los últimos años se ha incrementado notablemente el número de ciberataques al turismo, siendo los hoteles los más afectados, ya que los ven como una presa fácil y rentable, especialmente a aquellos más lujosos. Tal y como cuenta Expansión, se sitúan como el tercer sector más afectadopor los hackers, sólo superado por las empresas de distribución y de servicios financieros (Un hackeo paraliza la venta de billetes de tren en Italia).
Según un informe de Trustwave, antes de la pandemia ya acaparaban el 13% de los ataques, y ahora la cifra va in crescendo. ¿El motivo? Los numerosos datos que acumulan de los clientes y el creciente cambio tecnológico que se ha producido para sustituir a los servicios presenciales, entre otros, como por ejemplo a la hora de realizar el 'check-in' y los pagos en recepción.
"Lo que antes era una conversación telefónica o en persona, ahora suele ser un chat virtual", señala el consejero delegado de la consultora de hostelería Alliants, Tristan Gadsby, en el que se envían "tres veces más mensajes por huésped". Asimismo, el fundador de Magnuson Hotels, Thomas Magnuson, afirma que "muchas veces, cuando viajan, sienten que están aportando demasiada información".
La formación de los empleados también tiene mucha importancia. Varios directivos de hoteles de todo el mundo señalan al citado medio que cuando el personal maneja los datos de los clientes es cuando aumentan las posibilidades de que la información pueda filtrarse, por lo que tienen que tener conocimiento total sobre la protección de datos.
Sin embargo, mantener la seguridad no resulta para nada económico para los hoteles, y menos en estos momentos de ajuste de costes constantes. Gadsby explica que la realización de una sola prueba para encontrar vulnerabilidades en los sistemas informáticos puede costar hasta 25.000 dólares (23.000 euros).
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Sin embargo, mantener la seguridad no resulta para nada económico para los hoteles, y menos en estos momentos de ajuste de costes constantes
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