lunes, 13 de septiembre de 2021

La otra cara de Margarita. CLAUDIA HERNÁNDEZ


Los margariteños invitan a descubrir la zona verde de la isla recorriendo los senderos

Muchos turistas se sienten atraídos en visitar Margarita no solo por sus playas paradisiacas, si no por todo lo que engloba su oferta turística que abarca gastronomía, lugares históricos, turismo religioso y la práctica de actividades deportivas. Actualmente los margariteños se han reinventado y han ampliado el espectro de la diversión en la isla. Ahora los operadores turísticos han organizado otras actividades como senderismo, para ofrecer a los visitantes más opciones.

Pozas de San Juan

Hace muchos años conocí las pozas de San Juan en Fuentidueño, pero nunca se me ocurrió ir hasta donde nace la cascada arriba en el cerro el Copey. Como lo leen, sí en Margarita hay unas cascadas de agua dulce; un paseo donde descubrirás que Margarita tiene muchos senderos para recorrer, con árboles frutales y gran variedad de especies.

La ruta la hicimos con el equipo de Senderos Margarita y arrancamos con una breve charla de nuestro guía Rafael Fernández, quien nos dio las indicaciones para comenzar a escalar el cerro desde San Juan Bautista; un recorrido de kilometro y medio, con un nivel 4 de dificultad. La primera recomendación fue “vamos a pedirle permiso a la montaña, porque vamos a estar a merced de la naturaleza”; también nos solicitó mantener silencio para disfrutar de los sonidos, el agua cayendo del río, el canto de los pájaros y los insectos.

Lo primero que sorprende al visitante es el clima templado de la zona, cubierta por una tupida vegetación. En la zona baja, se encuentran unas cabañas con mesas y bancos para hacer parrilla y sobre una roca la imagen de una virgencita, que vigila que todo esté en orden.

Tras unos minutos de recorrido ya se ven los conucos con siembra de verduras y muchos árboles de dátiles. Durante la travesía siempre el sonido del río nos acompañó como notas musicales que se combinaban con el canto de las aves. Nuestro guía nos explicaba sobre las aves y las plantas que encontramos con una paciencia infinita.

Su habilidad para dirigir nos sorprendió al tener que bajar a través de unas lajas resbaladizas, pero la dificultad estuvo bien remunerada al ver como un oasis se descubría ante nuestros ojos. La poza mas grande tiene tamaño de una piscina mediana, su agua fría nos refresco tras 45 minutos de ejercicio que hicimos; ahí nadamos y dejamos que el agua nos bañara.
 
“Este cause de las pozas nace en un manantial que se forma en la montaña, en el cerro el Copey y cuando llueve sube el caudal”, señaló Rafael.

Nuestro guía también nos habló sobre la fauna en la zona, “se pueden conseguir serpientes, insectos, cunaguaros, monos, una especie de jabalí, venados y en aves está la cotorra margariteña el ñangaro”.

Nos informó que Senderos Margarita ya tiene 10 años y nació al explorar los caminos vírgenes de la isla, “queríamos compartir con el visitante estos hermosos paisajes y esos caminos que utilizaban nuestros ancestros para el intercambio de comercio entre los pueblos”.
 
Este emprendimiento familiar ofrece aproximadamente 50 rutas distintas y las más populares son a ríos y playas.

Antes de regresar, nos endulzamos y recuperamos energía degustando los dulces típicos de Fuentidueño, la jalea de mango, las cerecitas y el piñonate.

Del Portachuelo pa’ bajo, Tacarigua
Aprovechar los espacios verdes de la isla significa poner a disposición mas actividades de aventura al turista que busca innovación. Con dirección hacia Juan Griego, en las montañas de Tacarigua esta Jardín Café, un emprendimiento de una joven pareja que adoptó a Margarita como su hogar.

Su idea comenzó en medio de la pandemia, cuando todo el mundo se guardaba en casa y aprovecharon su hermoso patio para practicar senderismo hacia la montaña. Ahora su café tiene áreas de jardín para hacer pic nic, granja de contacto, una mini cancha de futbol, pista de bicicleta, paseos en burro para los más pequeños y un restaurante con más de 20 sabores de empanadas.

La creadora del proyecto Karla Avilez nos explicó en qué consistía la caminata al cerro Guayabal, “la ruta se llama trapiche porque era el camino que llega a los trapiches donde molían caña y hacían papelón”.

Su única ganancia económica es la que hacen con el restaurante, porque la entrada es completamente gratuita, “nosotros hemos querido eliminar el concepto de que la gente va a un sitio y que todo lo tiene que pagar. Aquí todas las actividades que hacemos tratamos de que sean gratuitas y las realizamos en alianza con nuestros proveedores”.

Además de tener 17 colaboradores, que son residentes de Tacarigua, su impacto se amplía en la comunidad porque sus productos son de la región, “trabajamos bajo una regla que se llama kilómetro 0, todos los productos que utilizamos en el local son cultivados en Tacarigua”.

Karla define su concepto de negocios como familiar, “más que vender empanadas proporcionamos experiencias porque adecuamos nuestras instalaciones para que se convirtiera en un parque de bicicletas”.

Jardín Café es un espacio diseñado para que las familias vivan la experiencia de estar en contacto con la naturaleza.

1 comentario:

  1. Lo primero que sorprende al visitante es el clima templado de la zona, cubierta por una tupida vegetación. En la zona baja, se encuentran unas cabañas con mesas y bancos para hacer parrilla y sobre una roca la imagen de una virgencita, que vigila que todo esté en orden.

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