Redacción Caribbean News Digital
España espera cumplir su objetivo de acoger a unos 45 millones de turistas extranjeros este año, a pesar de las restricciones de viaje que sufren los británicos, su principal mercado, dijo el lunes el Gobierno.
"Todavía podemos recuperar la mitad de nuestro turismo internacional este año, es un objetivo prudente", dijo la ministra de Turismo, María Reyes Maroto, en una entrevista publicada en el diario El País. "Esperamos unos 17 millones de turistas internacionales durante el verano y muchos serán británicos porque es un mercado muy fiel a España", añadió.
La ministra anunció a mediados de mayo que España, el segundo destino más popular del mundo después de Francia antes de la pandemia, esperaba atraer a 45 millones de visitantes extranjeros este año, más de la mitad de los 83,5 millones que recibió en 2019.
Entre enero y mayo, España recibió 3,2 millones de visitantes extranjeros, entre ellos unos 130.000 británicos, según las últimas cifras oficiales. Gran Bretaña permitió reanudar los viajes internacionales en mayo después de meses de prohibir la mayoría de los viajes al extranjero, pero España no está incluida en su llamada "lista verde" de destinos seguros.
Eso significa que los británicos que regresan de sus viajes a la España peninsular deben autoaislarse a su llegada durante 10 días y someterse a dos pruebas de Covid-19.
Solo los británicos que se dirigen al archipiélago balear de España, que incluye Ibiza y Mallorca, están exentos debido al menor número de infecciones por la Covid-19 allí. En 2019, 18 millones de británicos visitaron España, incluidos 3,7 millones que se dirigieron a Baleares.
En mayo, España eximió a los turistas británicos de tener que presentar los resultados de las pruebas de covid al tratar de impulsar el turismo, un pilar de la economía española. Pero al mes siguiente revirtió la política y ahora exige una prueba negativa de Covid-19 o una prueba de vacunación.
En mayo, España eximió a los turistas británicos de tener que presentar los resultados de las pruebas de covid al tratar de impulsar el turismo, un pilar de la economía española. Pero al mes siguiente revirtió la política y ahora exige una prueba negativa de Covid-19 o una prueba de vacunación.
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