sábado, 6 de marzo de 2021

Tribulaciones de un turista en tiempos de pandemia. Paco Nadal

¿Se puede hacer turismo con la que está cayendo? Emprendo un viaje de placer con la intención de comprobarlo en primera persona. Por supuesto, cumpliendo con todas las medidas de seguridad y restricciones impuestas. Este es el resultado
Tribulaciones de un turista en tiempos de pandemia
Como vivo en una comunidad autónoma en la que interesa más la hostelería que la salud (¡larga vida al bocata de calamares!) no hay cierre perimetral por lo que puedo salir de ella sin dar explicaciones. Elijo un país al que también pueda entrar sin darlas: por ejemplo, Italia, y en concreto la isla de Cerdeña. Además, las autoridades italianas solo exigen un test de antígenos (50 euros, resultados en 30 minutos), en vez de un PCR (de 100 a 150 euros, 24 horas de espera). Así que, Ciaio Italia, ¡larga vida a la pizza!

La primera sorpresa del viajero en pandemia: piensas que con la falta de clientes los precios de los billetes aéreos estarán por los suelos. Craso error. El capitalismo se basa en la oferta y la demanda. Y si no hay demanda, la oferta baja y los precios suben. Un silogismo de primero de Aristóteles. Lo de las low cost funciona en modo rebaño: llenamos aviones a paletadas, damos un servicio de pena, pero somos baratos. Pero si no hay esas paletadas de turistas, no hay vuelos low cost. Anótelo la próxima vez que vaya a poner a parir a Ryanair.

Las pantallas vacías de la Terminal 1 del aeropuerto de Barajas, un miércoles a las 11 horas. ¡Una caricatura de lo que fue!
Las pantallas vacías de la Terminal 1 del aeropuerto de Barajas, un miércoles a las 11 horas. ¡Una caricatura de lo que fue! paco nadal

Después tienes que superar la depresión de ver un aeropuerto más tristón que un tanatorio. La T1 de Barajas es una sombra de sí misma. Un único bar abierto, todas las tiendas cerradas (quién me iba a decir a mí que añoraría el Duty Free) y en las pantallas, cinco vuelos, ¡cinco! El más lejano, a Estambul.

Innumerables enjuagues manuales con gel hidroalcohólico y varias tomas de temperatura después, logró subir al avión. ¿Creen que iba vacío? Eso es porque se tragan todo lo que cuentan en los telediarios. Habrá pocos vuelos, pero van todos a tope. Codo con codo con tu vecino. Por eso decido usar una mascarilla FFP3.

Confirmo que, con ella de coronavirus no mueres. De asfixia, probablemente sí. Dios, es como llevar una pared de ladrillos en torno a nariz y boca. Era un vuelo de dos horas y media y aguanté, pero si tengo que cruzar un océano así, casi prefiero el coronavirus. La próxima vez me vengo con una FFP2. De hecho, es la que veo que lleva el personal de cabina, que se pasa el día en los aviones y hasta donde sé, no es un colectivo que caiga como chinches por el virus.

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1 comentario:

  1. La próxima vez me vengo con una FFP2. De hecho, es la que veo que lleva el personal de cabina, que se pasa el día en los aviones y hasta donde sé, no es un colectivo que caiga como chinches por el virus.

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