El Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos está otorgando nuevas herramientas a funcionarios migratorios y consulares para negarles la entrada a ciudadanos extranjeros que deseen ingresar a su territorio con visas de turismo o para deportarlos si ya están dentro del país.
En un comunicado enviado a las embajadas de Estados Unidos en todo el mundo, el secretario de Estado, Rex Tillerson, dijo en diciembre del 2017 que aquellos que soliciten una visa para entrar a territorio estadounidense deben apegarse, durante al menos tres meses , a los planes que informaron a las autoridades migratorias. Si en ese periodo hacen algo que no mencionaron en la entrevista con un funcionario consular al solicitar la visa – como casarse con un ciudadano estadounidense, asistir a la escuela o tener un trabajo, se supondrá que mintieron de forma deliberada.
Esto complicaría, si no es que imposibilitaría, la renovación de su visa, la obtención de una nueva o el cambio de estatus. Además, si siguieran en Estados Unidos, estos visitantes serían candidatos al proceso de deportación.
Los cambios de planes que ocurran después de tres meses también podrían generar problemas pero no se presumirá que son el resultado de una "tergiversación deliberada", según el comunicado.
Anteriormente, un cambio de planes sólo era considerado una tergiversación si sucedía durante el primer mes después de que una persona ingresara al país.
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