lunes, 1 de octubre de 2018

Laguna de La Restinga, Paraíso Margariteño, CLAUDIA HERNÁNDEZ

Parque Nacional. Reservorio de biodiversidad que alberga cientos de especies en un itsmo de más de 18.000 hectáreas, que une las dos partes de la isla de Margarita

"En la Laguna de La Restinga se quedan los problemas que trae la gente", indica Régulo López, lanchero y empleado de la Universidad de Oriente, al describir la paz que genera visitar este ecosistema marino del estado Nueva Esparta. Navegar los canales y transitar por túneles naturales o plazas que se han formado en medio de los manglares de esta laguna, con el canto de las aves de fondo, mientras la brisa del mar golpea las mejillas es una fórmula perfecta de relajación. Podría calificarla como un método de meditación al inhalar el aire fresco, observar el contraste del verdor de la vegetación con el azul oscuro del agua salada y el brillante azul del cielo, dejando atrás todos los pensamientos que preocupan al ser humano.

Durante el paseo de 15 kilómetros que realizan las lanchas con motores fuera de borda (los tapaítos) hasta la playa de la Restinga, los turistas ingresan a nueve canales de manglares que mantienen desde hace décadas nombres románticos como "el canal del beso", "el canal de los enamorados" o "el paraíso del amor", según López nombrados de esta forma, por la gran cantidad de parejas de recién casados que escogen a Margarita para disfrutar de su luna de miel, "los primeros trabajadores del parque le quisieron poner esa chispa al nombrar los canales de forma romántica para llamar la atención y captar a los turistas, sobre todo a los enamorados. También por el efecto afrodisíaco que producen las ostras que se dan aquí".

Régulo al igual que el resto de los marinos se convierte en guía turístico al explicar en detalle la historia de la laguna, describir las especies marinas y las aves que conviven en este hábitat biodiverso. La laguna, ubicada entre los municipios Tubores, Díaz y Península de Macanao, cuenta con una extensión de más de 18.800 hectáreas y sus aguas tienen una profundidad de cinco a seis metros. Además de los manglares, la acompaña un cordón de arena (itsmo) que une las dos porciones de la isla de Margarita y separa al sector de la laguna con la parte oceánica. Hay cuatro tipos de mangles presentes: el rojo, el blanco, el botoncillo y el negro, que transforman el agua salada en agua dulce para el consumo de ellos liberando el oxígeno a través de la fotosíntesis y ayudan a mantener el control de la calidad del medio, explica López.

En La Restinga habitan entre 40 a 60 especies de aves, muchas de ellas migratorias y otras originarias, entre las que están los pelicanos, las garzas, las gaviotas, los flamencos y la cotorra margariteña. En relación con la fauna en esta zona habitan diferentes tipos de peces como el robalo, mero, pargo, moluscos como el guacuco, el chipi chipi, las pepitonas, los caballitos de mar, las estrellas y las medusas.