domingo, 28 de junio de 2015

Por el transporte la conocerás Por Eliana Pineda A. / Periodista

Los usuarios marabinos se tragan las miserias de un transporte público miserable, descontextualizado e inhumano, muy alejado de un territorio petrolero

A una ciudad, la mayoría de veces, más que su fabulosa aglomeración de casas, de gente y de problemas, la define su transporte público. Si queremos conocer el rostro de una urbe, observa el estado del transporte en el que se desplazan los ciudadanos.  El sólo hecho de contar con un buen servicio puede bastar para decir que la ciudad donde vivimos tiene un aire luminoso y sus habitantes son gentiles y amplios de corazón, con un hermoso Lago de Maracaibo, con un  puente impresionante y largas  avenidas.

Todo esto puede decirse de una ciudad y mucho más o mucho menos, sin necesidad de adentrarse profundamente en ella, sino conociendo apenas algunas facetas citadinas, lo que sí la definirá completamente de manera penetrante y viva es la efectividad del transporte público, que sí debe estar compenetrado con el modo de ser de la ciudad en que se vive, de allí que Maracaibo se conoce con sólo conocer su transporte urbano.

Comprendemos esto, cuando evidenciamos que los usuarios marabinos se tragan las miserias de un transporte público miserable, descontextualizado e inhumano, muy alejado de un territorio petrolero y próspero, aquí existen chatarra ambulante sólo comparada con los vetustos y achacosos carros cubanos. Movilizarse en la capital zuliana se convierte en un verdadero caos, al lado de la ineficacia municipal y gubernamental en materia de transporte, incide en gran parte, la escasez de repuestos. Según la Federación Bolivariana de Transporte, un 60 por ciento de la flota se encuentra estacionada por falta de insumos automotrices, sumándose las largas colas para surtir combustible e instalar la Tarjeta de Abastecimiento de Gasolina, conjuntamente con las altas tarifas para llegar a los destinos correspondientes, causando un completo abarrotamiento en colas infinitas, esperando los pasajeros durante horas bajo el sol abrasador por un carro por puesto, microbús o autobús.

Un déficit de unidades afecta a toda la población. En un cementerio de carros se han convertido los talleres de Maracaibo, centenares de unidades se encuentran aglomeradas en espera de ser reparadas. Baterías, cauchos, pastillas de frenos, filtros amortiguadores, tren delantero y lubricantes son especie en extinción. A pesar de las historias existentes, Maracaibo se conoce con sólo observar su transporte público.

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