Tan cerca pero tan lejos. Basta andar 40 minutos por la ruta 41 para pasar del Dolphin Mall, un emblema del consumo en Miami, a la entrada del Parque Nacional Everglades, un silencioso paraíso natural donde habitan desde ranas hasta panteras, pasando por los característicos cocodrilos. Todos sueltos, sin rejas.
Hasta donde la vista alcanza, no hay nada, salvo vegetación. Ésa es, al menos, la primera impresión. Aparecen enseguida una diversidad de pájaros, reptiles, gigantes tortugas. El parque alberga 68 tipos de animales en extinción. Aquí se habla del sawgrass, pero no se refieren al outlet de compras. Es el nombre que llevan los juncos a nuestro alrededor, y que pueblan este ecosistema que cubre casi la totalidad de la punta sur de La Florida. Durante miles de años ocupó la mitad del Estado. Pero el desarrollo lo fue arrinconando hasta convertirse en parque nacional, al que se accede por alguna de sus entradas: la principal, en Homestead; la más cercana a Miami, Shark Valley, o la del golfo, Everglades City.
Un cartel sobre la ruta 41 anuncia la llegada al parque, que ocupa 6070 km2, 30 veces la ciudad autónoma de Buenos Aires. Se ven autos estacionados en la ruta. Es la entrada de Shark Valley, cuyo estacionamiento es tan pequeño, que salvo los primeros visitantes, el resto debe dejar el auto afuera.
Llevo mochila al hombro con repelente de mosquitos, sándwiches y bebidas por si el hambre me ataca en el medio de la selva". Opto por subirme al colectivo con forma de tranvía (US$ 20 adultos, US$ 13 menores), un paseo de dos horas que recorre la vuelta asfaltada de 21 km de largo. Toma el sendero del este, llega hasta la torre de observación en la punta sur, y vuelve por el Oeste. Lo más lindo, no obstante, es andarlo en bicicleta, para detenerse cuando uno quiere y obtener encuentros cercanos con los cocodrilos. Eso hace la mayoría, incluso muchos de aspecto poco atlético.
Mientras nos acomodamos en nuestros asientos junto con otros 30 exploradores (la mayoría gente grande), nuestra guía toma el micrófono que proyecta su voz en los altoparlantes del micro. Se llama Cynthia e introduce al Parque Nacional Everglades como el tercero de Estados Unidos en tamaño y el primero en diversidad biológica.
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