miércoles, 4 de febrero de 2015
"El mundo perdido" de El Roraima atrae cada vez más aventureros
Un místico tepuy, una montaña de cumbre plana situada en la frontera entre Venezuela y Brasil que dejó perplejos a los exploradores del siglo XIX e inspiró la novela clásica "El mundo perdido", está atrayendo cada vez más aventureros modernos. (Cortesía /www.gravity-tours.com)
El Roraima, que alguna vez fue una meseta impenetrable para todos excepto los indígenas pemones, ahora recibe cada año miles de excursionistas, que hacen el viaje de tres días a través de la sabana, atravesando ríos y cascadas y a lo largo de un estrecho sendero que sube un precipicio espeluznante.
Y si bien esas multitudes son una bendición para la tambaleante industria turística de Venezuela, también implica la proliferación de basura indeseada en un paisaje prehistórico, poniendo presión a un ecosistema delicado.
Con sus más de 2.800 metros de altura, el Roraima es considerado territorio sagrado por los pemones, así como un símbolo espiritual para muchos otros venezolanos.
"Antes era más solitario e inhóspito", rememoró Félix Medina, un guía de 59 años que ha estado llevando turistas hasta el tope de la montaña por más de una década.
"Me encanta todavía, pero ahora hay demasiada gente", dijo Medina, adolorido después de llevar a dos grupos arriba y abajo del Roraima con la empresa turística local Akanan. "Es caótico, a veces. Me desilusiona un poco".
Entre 3.000 y 4.000 turistas escalan anualmente el Roraima, desde unos pocos cientos de hace algunos años. Esto está creando filas para ascender durante las temporadas altas como Navidad y Semana Santa y, en ocasiones, deja las pocas cuevas en la parte superior atestadas de tiendas de acampar.
Los turistas extranjeros con más recursos llegan a la cima en helicóptero, especialmente los japoneses.
"Es un lugar muy exótico y queda muy lejos, lo que lo hace muy costoso y atractivo", dijo el ex diplomático japonés Edo Muneo, de 68 años, quien al igual que sus compatriotas tuvo que superar un examen físico antes de dejar Japón camino al Roraima.
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