sábado, 20 de julio de 2013

Cinco cosas gratis para hacer en La Habana

Un daiquiri cuesta seis dólares en El Floridita. (Foto Archivo)
Para ser una ciudad donde el sueldo promedio de un empleado del gobierno es del equivalente a 20 dólares al mes, La Habana es un sitio bastante caro, al menos para los turistas.

Un daiquiri cuesta seis dólares en El Floridita, el bar preferido de Ernest Hemingway, y por todos lados hay gente que trata de venderle al visitante puros pirateados. A veces da la impresión de que todo el mundo en la capital quiere sacarle dinero a los turistas.

Afortunadamente, varias de las principales atracciones de La Habana no cuestan nada. Aquí cinco formas de explorar esta ciudad detenida en el tiempo sin tener que pagar gastos adicionales a los que les cobraron las compañías turísticas.

MALECON

Comenzó a ser construido en el 1900, durante la ocupación de Estados Unidos, y se completó en 1958, bajo el gobierno de Fulgencio Batista. Tiene una extensión de seis kilómetros (cuatro millas) que van desde la parte antigua de la ciudad hasta el río Almendares. No hay momento inoportuno para recorrer lo que los habaneros llaman el ``gran sofá'', aludiendo a que es un centro de actividad social que funciona las 24 horas del día, los siete días de la semana. Al amanecer, mientras la ciudad despierta, está lleno de pescadores. Por la tarde, bajo un sol brillante --no se olvide del protector solar-- los niños juguetean haciendo piruetas en el agua. Pero el Malecón cobra realmente vida por la noche, en que miles de personas se congregan para charlar, reírse y tomar ron, mientras las parejas dibujan románticas siluetas contra un cielo carmesí. Los fines de semana, en el Malecón y la calle 23 hay una atmósfera de fiesta. Para tener una experiencia menos intensa y disfrutar de los mejores atardeceres, vaya al sector donde el Paseo del Prado se encuentra con el muro.


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