Quienes viajan a la Gran Sabana están expuestos a quedarse en el camino sin gasolina.
Natalie García Foto William Urdaneta/Archivo
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Ayer, en Upata, municipio Piar, había largas colas. En Guasipati, el movimiento en las estaciones de servicio era normal. El problema estaba desde Tumeremo, en Sifontes, y en adelante.
En este poblado una de las dos estaciones existentes estaba cerrada. La otra exhibía enormes colas de los usuarios para repostar. En el kilómetro 88 no había combustible. Quienes no pudieron cargar en Tumeremo y siguieron el camino debían parar allí hasta conseguir gasolina.
Los que sí lograron llegar con medio tanque en sus carros hasta el kilómetro 88, pudieron proseguir el viaje y trasladarse hasta Rápidos de Kamoirán, dentro del Parque Nacional Canaima, municipio Gran Sabana, donde está ubicada la siguiente estación de servicio.
El problema en el suministro de combustible tiene al menos tres años. Desde que el gobierno decidiera dar el control de las estaciones al Ejército, al tiempo que estatizó los establecimientos sin pagarle aún a sus propietarios, la situación ha ido de mal en peor. La justificación para prácticamente expropiar las bombas fue combatir la minería ilegal y la extracción del carburante.
Pese a los intentos, el remedio ha sido peor que la enfermedad, como lo dice el refrán popular. Antes echar combustible no era traumático. Ahora conseguir gasolina sin hacer largas colas es casi un "milagro", especialmente en temporadas como este puente, donde se aprovecha el asueto para realizar eventos deportivos.
El Correo del Caroni