EL SOLITARIO REINO DE LA TORTUGA
La Tortuga debe ser de lo más parecido posible a la experiencia de quedarse en una isla desierta: con 27 kilómetros de largo y 9 de ancho, la segunda isla más grande de Venezuela (después de Margarita) no tiene siquiera un caserío donde parar. Ese es parte de su encanto: en estas aguas intensamente azules, lo que manda es olvidarse del mundo mientras se duerme en carpas (imprescindible) o en un velero (envidiable). Aquí hay varias playas en vez de una. Las más buscadas son Punta del Este, Cayo Herradura y Las Tortuguillas.
Si no le basta con sólo arrojarse sobre la arena, la agencia Biotrek arma programas que incluyen circuitos de kayak en sus aguas cálidas y mansas ( www.biotreck.com.ve ). Además, el Centro de Actividades Subacuáticas Coral hace salidas de buceo (coralcasco@hotmail.com). Para coordinar paseos en bote, vea www.islalatortuga.com.ve
Dato extra: Un buen plan es ir a playa Carenero al atardecer. Allí hay una laguna rodeada de manglares; si la recorre en botes descubrirá toda una galería de corales.
En el mar Caribe, a 170 kilómetros de Caracas. Se puede llegar en velero y otras embarcaciones que hacen el servicio desde Carenero, en Higuerote. Ocasionalmente hay vuelos chárter -en avioneta- desde la capital venezolana.
Fuente: http://www.lanacion.com.ar
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