sábado, 15 de abril de 2017

Atardecer desde El Caño Manamo, Campamento Boca de Tigre, Mariangélica Ramírez Saldivia

Después de muchos años sin volver a la selva, decidí retomar mis andanzas por esos parajes mágicos, volver a abrazar sus paisajes, su serenidad, su colorido y su gente. Era algo que mi espíritu pedía.

Reencontrarme con pemones, piaroas, yekuanas, piapocos, banivas, jivis, waraos y tantas otras etnias era un deseo que no podía seguir postergando.

Así que decidí regresar y conocer otro de los tantos caños que tiene el Delta. Desde Maturín me trasladé al Puerto San José de Buja, y comencé la navegación hasta llegar al Campamento Boca de Tigre ubicado en el Caño Manamo, que es el más navegable del río Orinoco. Durante el trayecto permanecí dentro de un disfraz de hojas: la bora cubría todo el río y hacía difícil la ruta.

Todos los días estuve rodeada de waraos, compartimos con cada uno de ellos. Siempre han sido un pueblo olvidado y me transmiten un gran dolor. Nuestros gobiernos no han atendido sus necesidades básicas, llegando incluso a negarles educación, a pesar del reconocimiento que de éste y de todos los pueblos indígenas hace expresamente la Constitución de la República.

De lejos los palafitos sirven de atractivo al paisaje, pero al acercarte a ellos te asalta la realidad: las condiciones precarias de los waraos es impactante. Acercarse y darles un abrazo sirvió de cobijo para aquellas almas que estaban esperando ser tomadas en cuenta.

Gracias a la cestería, antiguo oficio artesanal de ese pueblo, los waraos se sustentan con la venta de estos accesorios y piezas únicas en su estilo. Pude comprarles variedad de objetos para decorar mi casa, así como utensilios de cocina al mejor estilo warao.

Una vez más la gente de canoa, con acentos asiáticos en sus rostros me abrazaron, me llenaron de amor puro, mucho más del que estamos acostumbrados en las grandes ciudades llenas de lo material y mundano. En estos destinos se vive el mayor desprendimiento y la riqueza de la simplicidad en el cariño de cada uno de ellos.

@mariangelicars

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