Las tradicionales empanaderas del sector El Palito y algunos posaderos del litoral carabobeño aseguran que los visitantes podrán asistir a la segunda edición de unos carnavales marcados por una aguda crisis de agua potable, donde los viajeros contemplarán, anclado en el muelle turístico de Puerto Cabello, un buque cisterna de la Armada Venezolana con el que las autoridades ayudan a mitigar la escasez.
Los fastuosos carnavales que promociona el ayuntamiento porteño, que este año arribarían a su séptima celebración, se encuentran en vilo.
La comerciante Ana Petit, vendedora de empanadas y pastelitos, sostiene que la severa contingencia ha depauperado el servicio de las posadas y en consecuencia se ha mermado la cantidad de visitantes.
"La gente pasa de largo también porque teme quedar atrapada en una cola generada por las constantes protestas de personas que reclaman agua. Nunca habíamos vivido algo así", señaló.
En esta precaria temporada, los posaderos han acordado colocar un servicio de tobos en las habitaciones, racionar el horario de suministro de agua por tuberías e incrementar las tarifas de hospedaje, refieren algunos miembros del gremio hotelero de Puerto Cabello. Afirman que el alto costo de los camiones cisternas ha golpeado el servicio.
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