jueves, 9 de abril de 2015

¿Cómo repercutirá en el turismo el cambio de las relaciones entre EE.UU. y Cuba?


¿Qué otros cambios tendrán que realizarse antes de que Cuba vuelva a ser el principal destino de viajes del Caribe?

En diciembre, el gobierno Obama redujo las restricciones de viajes marcando de ese modo el inicio del fin de la prohibición de viajes a Cuba y, muy posiblemente, el resurgimiento de un gran mercado para las compañías aéreas americanas, cadenas de hoteles...

Cuando Fidel Castro tomó el poder en Cuba en 1959, decenas de viajes conectaban los aeropuertos de Miami y La Habana cada día; los hoteles lujosos y los clubes nocturnos de la capital cubana eran un destino común de los americanos de clase media, tal y como son los casinos de Las Vegas hoy en día. El embargo comercial que Estados Unidos impuso a Cuba en 1960 puso fin de forma abrupta a todo eso creando una anomalía que desde hace tiempo representa un desafío para la geografía, la tecnología y la globalización: al mismo tiempo que los turistas americanos se habituaban cada vez más a lugares lejanos de Europa, China, India y otras regiones, se les prohibió de forma legal visitar la mayor isla del Caribe, situada a poco más de 140 km de distancia de Key West, en Florida.

Ahora esto está a punto de cambiar. En diciembre, el gobierno de Obama redujo las restricciones de viajes marcando de ese modo el inicio del fin de la prohibición de viajes a Cuba y, muy posiblemente, el resurgimiento de un gran mercado para las compañías aéreas americanas, cadenas de hoteles, empresas de alquiler de coches, etc. ¿Qué repercusión tendrán esos cambios en las regulaciones americanas a corto y a largo plazo sobre los viajes a Cuba? ¿Qué otros cambios tendrán que realizarse antes de que Cuba vuelva a ser el principal destino de viajes del Caribe?

La buena noticia para los turistas americanos es que las nuevas regulaciones les permitirán visitar la isla por numerosas razones, entre ellas las visitas familiares, por motivos educativos y religiosos, sin que tengan que obtener de entrada un permiso especial del gobierno americano, tal y como se necesitaba hasta ahora. Ahora ellos pueden importar bienes cubanos por valor de hasta US$400 por persona cuando regresan a EE.UU., inclusive US$100 en puros y ron. El ciudadano americano puede ahora usar tarjetas de crédito y de débito, y las empresas pueden abrir cuentas en bancos cubanos e inscribir comerciantes allí. MasterCard ya hace eso desde el 1 de marzo.

La mala noticia es que continúa siendo ilegal para el ciudadano americano visitar Cuba con el propósito exclusivo de disfrutar de una semana de sol y surf.

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