sábado, 27 de septiembre de 2014

Qué habláis Por Eliana Pineda A. / Periodista

La desaparición del mar de Aral, situado en Asia Central, entre Kazajistaány Usbekitán  se ha calificado como uno de los mayores desastres ambientales ocurridos en la historia reciente. Este reservorio de agua es de grandes dimensiones se redujo desde 1960, después que los ríos que lo alimentaban fueron desviados por los soviéticos para ejecutar proyectos desproporcionados de riego, minimizándose a menos del 10 por ciento de su tamaño original, convertido en la actualidad en un gran desierto, con antiguos barcos anclados en sus olas de tierra seca y estéril. 

La mala utilización de los afluentes como ríos, mares, manantiales, lagunas y lagos en la República Popular de China, destinadas a obras masivas de acondicionamiento, diques, regadíos, contención de aguas y suelos, construcciones hidroeléctricas, así como la intensa deforestación de miles de hectáreas de bosques, coníferas, árboles de bambú y moreras, entre otras riquezas vegetales, con el fin de satisfacer desorganizadamente las grandes demandas poblacionales, ubica a la revolución maoista desde 1949, como una de las sociedades con mayor agotamiento de los recursos naturales, renovables y sustentables, debido a las equivocadas políticas económicas aplicadas en su estructura social.

Irán, República de Asia suroccidental, presenta una de las atmósferas más contaminadas de los últimas  décadas. La densa niebla marrón que por muchos días cubre las populosas ciudades iraníes, causa la muerte de centenares de personas, según reportan las autoridades de ese país. Es imposible caminar por la calle, sin llevar puesta una mascarilla por la crítica contaminación conformada por partículas de grafito y carbono, dióxido de azufre y bencina, originada por exceso de automóviles, fábricas de cemento y estaciones eléctricas.

Estos tres países en la práctica gubernamental con un modelo socialista, son hoy día los principales socios comerciales de Venezuela y a su vez son los principales agentes contaminantes del presente a escala mundial, revelando condiciones ambientales muy alarmantes, por lo que designar al capitalismo como el único culpable de los males de polución en el planeta, es sumamente irresponsable, superficial y vacío, revelando total ignorancia ecológica, científica y geopolítica del acontecer mundial.

Es conocido que de los diez países más contaminados, China ocupa el primer lugar, el cuarto lo representa Rusia, la décima más afectada por su cielo ennegrecido es Irán. Una vez más, el discurso de Maduro en la Cumbre sobre el Clima, de la Organización de las Naciones Unidas en Nueva York, evidencia su falta de compromiso con la realidad y sus verdaderos impactos ambientales, como la crisis sanitaria que padece Venezuela en materia de servicios públicos, sin agua, luz, alimentos y medicinas, con ciudadanos sumergidos a tiempo completo en la basura y los desechos tóxicos, propios de enfoques socialistas, alejados del desarrollo sustentable que mueve a la humanidad. Maduro, qué habláis.

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