Al nororiente de Venezuela se ubica el estado Sucre, una región llena de matices playeros e históricos. Uno de los mayores exponentes culturales es la ciudad de Cumaná.
Una de las construcciones más emblemáticas es el Castillo de San Antonio de la Eminencia
La capital del estado Sucre, Cumaná, fue la primera ciudad fundada por los españoles (1521) en la tierra firme del continente americano y su nombre proviene de los indígenas de la etnia Cumanagoto. Alberga entre sus muros legados de la historia venezolana, que los terremotos más destructivos aún no han podido borrar, pero sí han dejado honda huella.
Aunque esta ciudad cuenta con bellas playas, sol y arena, quizás su mayor valía está en las edificaciones antiguas, sus plazas y ruinas coloniales, así como las casas natales del Gran Mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre; José Antonio Ramos Sucre, poeta venezolano, y Andrés Eloy Blanco, escritor, poeta, humorista y político autor de Angelitos Negros.
Ubicada en la entrada del Golfo de Cariaco, junto a la desembocadura del río Manzanares, Cumaná ofreció a los colonizadores que explotaban perlas en la isla de Cubagua, agua dulce y refugio.
En ella fueron construidas varias fortalezas como el Fuerte Santa María de la Cabeza, situado en el centro de la ciudad, al lado de la iglesia Santa Inés, cimentada en 1637, y el Castillo de San Antonio de la Eminencia, levantado en 1659, para defender a los pobladores de los ataques de los corsarios ingleses, franceses y españoles.
Esta fortificación fue usada también como centro de reclusión de cientos de personas, entre ellas José Antonio Páez, prócer de la Independencia de Venezuela. Uno de los datos más curiosos sobre este castillo es que fue construido con bloques de coral. Si se observan bien sus paredes se notarán la diferencia entre los pedazos de coral y los de piedra.
Belleza colonial
Otro de los sitios de interés es la iglesia de Santa Inés, patrona de la ciudad, ubicada en el casco histórico, y considerada una reliquia de la arquitectura colonial del siglo XVII, en ella fue bautizado Antonio José de Sucre. Los terremotos que han afectado a Cumaná obligaron a su reconstrucción en 1929. En su interior destacan vistosos vitrales dados al lugar a manera de promesa por familias distinguidas.
Natalie García / Correo del Caroni.com
Foto William Urdaneta
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