miércoles, 12 de mayo de 2010

Los ocho grandes de la Gran Sabana

Afortunadamente, todo suceso negativo trae impreso algo positivo, y las restricciones para viajar al exterior han logrado que por fin los venezolanos comiencen a mirar alrededor y a apreciar las bondades de este paraíso natural que se llama Venezuela.

Entre las decenas de destinos criollos, que se están redescubriendo últimamente, se encuentra el Parque Nacional Canaima, ubicado al sureste de Venezuela. Esta zona cuenta con innumerables lugares interesantes y de gran belleza, que por su fácil acceso y popularidad han sido etiquetados como de "visita obligada".

Las agencias de viajes se las han ingeniado para acercarles a los marabinos, como quien dice "a la vuelta de la esquina", este atractivo turístico que posee ocho puntos turísticos estratégicos, tal como lo pregona Viajes Mónaco en su boletín quincenal.

Piedra de La Virgen es un lugar que se encuentra poco después del pueblo Las Claritas, en el kilómetro 98 de la carretera principal o Troncal 10. Se trata de una inmensa roca del período precámbrico, ubicada al lado de la carretera, con una altura aproximada de 80 metros.

Esta formación rocosa indica que se está entrando al Parque Nacional Canaima y al municipio de La Gran Sabana, el más grande del estado Bolívar. También es el inicio de un empinado recorrido a través del bosque tropical nublado de la Sierra de Lema, que conduce hasta una cima de mil 400 metros sobre el nivel del mar.

A los pies de la inmensa roca se encuentra un santuario a la Virgen de Lourdes. Los visitantes pueden detenerse a visitar la Virgen y refrescarse en un manantial de agua cercano.

El Salto Kawí está ubicado en el kilómetro 194. Es un lugar muy bello, con una cascada de poca altura que forma una laguna profunda y muy agradable para bañarse. En los alrededores es posible adquirir artesanía elaborada por los indígenas pemones. También es un buen lugar para acampar.

Salto Kamá es una espectacular cascada ubicada al lado de la carretera principal, mide unos 50 metros de altura y es uno de los sitios preferidos para acampar, aunque los mosquitos son el gran enemigo, sobre todo el puri-puri. La cascada está en el kilómetro 201 de la carretera y existe la posibilidad de pasar detrás del salto mediante una curiara que se alquila a los indígenas. De noche, si hay cielo despejado, se aprecia una espectacular vista del firmamento tachonado de estrellas. También se puede comprar artesanía típica. La Verdad - Reyna Carreño


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