El gobernador de Florida (sureste), Charlie Crist, emitió el jueves una declaración de emergencia en este estado que alcanza a la región de los cayos y de Miami, ante el riesgo que el derrame de petróleo en el Golfo de México llegue traído por una corriente oceánica.
Florida había declarado previamente en emergencia a casi una veintena de condados sobre las costas del Golfo de México, en principio los más amenazados por la marea negra que se extiende ante las costas de varios estados del sureste estadounidense.
La nueva orden del gobernador, que incluye a siete condados del sur de la península y la costa atlántica, se fundamenta en la amenaza que representa el ingreso de una parte del derrame de petróleo en una corriente oceánica (Corriente del Golfo) que podría traer la contaminación hacia la región.
No descartan eventuales daños de la “marea negra” en cayos de Florida
La Administración Nacional de Océanos y Atmósfera de EE.UU. (NOAA, por su sigla en inglés) informó hoy que “pequeñas porciones” de la mancha negra de petróleo que avanza por el Golfo de México han penetrado en la corriente principal marina.
La NOAA precisó que estas “ligeras o muy ligeras” capas de vertido de crudo pueden quedar atrapadas en una suerte de “remolino en el sentido de las agujas del reloj”, en medio del Golfo, y, por lo tanto, sustraerse al flujo de la corriente.
Las autoridades de Florida apuntaron que esta pequeña cantidad de crudo absorbida por la corriente marina es poco probable que cause un sustancial daño, ya que además puede evaporarse en su camino hacia el estrecho de Florida y la costa sureste del estado.
Los expertos de la NOAA indicaron que la mancha negra de petróleo, de llegar al litoral sur de Florida empujada por los vientos, lo haría en “lugares aislados” en forma de chapapote (fragmentos de alquitrán).
“Tanto la situación de la corriente del Golfo como la ubicación de la marea negra de petróleo están en un cambio constante y dinámico”, añadió la NOAA.
Para Daniel Suman, profesor de la Facultad de Ciencias Marinas de la Universidad de Miami (UM), la “gran incógnita” es la que plantean las capas de petróleo localizadas a gran profundidad y la posibilidad de que sean arrastradas por la corriente, aunque todavía, dijo a Efe, es pronto para “predecir la magnitud del impacto en Florida”.
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