Buena comida, alegría, mimos y emociones a granel en el Costa Atlántica, hermano menor del famoso Carla C.
Apenas a unas horas navegando desde Ft. Lauderdale llegamos a Key West, la primera parada en nuestra travesía a bordo del Costa Atlántica. Con su ambiente tan pueblerino y bullangero, sea en verano o en invierno, Key West es el punto más austral de Estados Unidos, que siempre encanta al visitante. Conocido más por su nombre en inglés -en lugar de Cayo Hueso- es el último de los cayos floridianos, a sólo 90 millas de Cuba.
Llegamos al puerto del Navy, uno de los tres donde desembarcan pasajeros, pero como están prohibidos los transeúntes nos tenían un vehículo que nos llevó hasta Mallory Square, en el mismo centro del pueblo.
Pequeño en territorio, pero pleno de actividades, a Key West muchos lo conocen como “el paraíso gay” y el lugar preferido del escritor Ernest Hemingway. Allí se puede visitar la Casa Museo del célebre escritor, también la de John Audubon, y se disfruta de lo lindo con infinidad de actividades acuáticas. Ni hablar de las posibilidades para comprar souvenirs, sombreros, camisetas, y el sabroso ‘Key lime pie’.
Especialmente en la calle Duval, la más vibrante de todas, encuentras desde chucherías por un par de dólares hasta joyas a buenos precios, además de muchos restaurantes. Ver las residencias espléndidas que allí se levantan es un paseo en sí. Y, si se te olvidó algo en casa, aprovecha esta parada para comprar, pues en otros puertos no encontrarás productos a tan buen precio.
Entre las excursiones que puedes hacer están los recorridos en 'trolley', visita al acuario y ‘Key West Butterfly and Nature Conservatory’, al ‘Key West Aquarium’, tours de ‘scuba diving’, pesca o de golf.
Si quieres una experiencia bien ‘Key West’ no dejes de ir a Blue Heaven, donde podrás desayunar, o almorzar, omelettes de langosta, camarones o del fruto del mar que desees. Saben a gloria y puedes acompañarlos con una copa de mimosa. Siempre tendrás que hacer filas y no es ultra económico (entre $20-25 por persona).
Este lugar es la quinta esencia de Key West, entre piedras, gallinas, un músico 'country' y un pintor callejero a toda hora. La otra experiencia típica es ver la fiesta que hacen diariamente para la impresionante puesta del sol, en Mallory Square, donde hay mimos, malabaristas y músicos callejeros, pero esa la tienes que reservar para cuando vayas a quedarte unos días allí, pues los barcos se van antes de que esto suceda. El Nuevo dia .com
Leer mas en: Crónica de un viaje en el Costa Atlántica
No hay comentarios:
Publicar un comentario