El Gobierno de Estados Unidos acordó levantar la prohibición a Boeing para producir más de 38 aviones 737Max al mes, aumentando la cifra a 42, una vez que los inspectores de la FAA han visto que se siguen procedimientos rigurosos y que no hay riesgos de seguridad (Devuelven a Boeing el poder para autocertificar sus aviones).
“Los inspectores han llevado a cabo controles profundos de los procesos de producción para asegurarse de que un incremento de cuatro aviones más por mes se puede llevar a cabo sin riesgos para la seguridad”, explica la FAA, que añade que mantiene un seguimiento minucioso de cómo funciona la compañía. La FAA había sido muy criticada por la cercanía y tolerancia hacia Boeing, empresa que es mucho más que un simple fabricante en Estados Unidos.
Boeing necesita desesperadamente más ingresos económicos porque sus pérdidas de los últimos años han sido espectaculares, fundamentalmente debido al desastre en la producción, la necesidad de comprar Spirit que hacía los fuselajes y hasta los aumentos de salarios para evitar huelgas. Hace seis años que el grupo pierde dinero y en algún momento estuvo a punto de perder su solvencia.
Los expertos que hacen un seguimiento a la gestión de la compañía coinciden en reconocer que desde la nueva dirección ha conseguido enderezar la producción y recuperar credibilidad. Hace ahora cinco años que cayó el primer 737 y desde entonces no han parado de producirse incidentes, con la pérdida de una portezuela en un avión de Alaska Airlines, en enero de 2024, que colmó el vaso de la paciencia americana (Un Boeing 737-9 Max nuevo pierde una puerta de emergencia en pleno vuelo).
El cambio más importante que se introdujo es recuperar la perdida cultura de la calidad y del seguimiento estricto de los procedimientos.
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