El pasado 17 de septiembre arrancó la negociación del nuevo convenio colectivo de Ryanair, después de que la Audiencia Nacional anulara el firmado con CCOO. En esta nueva mesa participan tres partes: la low cost, CCOO y USO, que ya han mantenido la primera reunión marcada por las discrepancias en torno a las vacaciones y otros derechos laborales (La Audiencia Nacional tumba el convenio colectivo de TCP de Ryanair).
Ryanair defiende mantener el modelo actual de vacaciones, basado en bloques fijos y días ad hoc, junto con un sistema de periodos escalonados mediante un “semáforo” de disponibilidad. Asimismo, descartó la posibilidad de mostrar el número real de vacantes por día (Ryanair responde a USO con un nuevo acuerdo con CCOO).
Por su parte, USO plantea que el 25 de diciembre no se compute como día de vacaciones o, en su defecto, se compense con un descanso adicional. Además, reclama que se reconozcan los 22 días laborables de vacaciones que establece la normativa y que se implante un sistema más transparente en la asignación.
Estas peticiones fueron “ignoradas” por Ryanair y CCOO, según apunta USO. De hecho, ninguna fue incluida en la contrapropuesta de la aerolínea, y amenazó con cerrar el convenio, aunque no hubiese consenso. Para el sindicato, esto muestra “la intención de imponer decisiones en lugar de buscar un diálogo real”.
Otros puntos tratados fueron avances menores en el colectivo de fijos discontinuos, el cumplimiento del Estatuto de los Trabajadores y la intención de la empresa de cerrar el convenio antes del 31 de octubre sin prórrogas. Los sindicatos advirtieron que el calendario planteado añade presión a la negociación.
USO afirma que continuará defendiendo la aplicación de la legislación española y los derechos laborales. “No se trata de aceptar lo que nos den, sino de garantizar que se cumpla la ley y que se respeten los derechos de toda la plantilla”, sentencia.
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