Los datos oficiales del primer semestre de 2025 revelan en Cuba una tasa de ocupación hotelera de apenas 21,5%, frente al 28,4% del año pasado, dejando vacías casi cuatro de cada cinco camas del país, o el 80%, marcando un récord de mínimos para el país y para cualquier potencia turística mundial en época no extraordinaria como una pandemia o una catástrofe natural.
El más reciente informe de la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI) revela que la llegada total de visitantes internacionales de enero a junio de 2025 se desplomó un 25% respecto a 2024, al pasar de 1,3 millones a poco más de 981,000 viajeros, arrastrando consigo una caída del 27,8% en las pernoctaciones, que bajaron de 7,9 a 5,7 millones.
Los ingresos de las entidades turísticas también sufrieron un golpe considerable, al caer de más de 70,8 mil millones de pesos cubanos a 56,2 mil millones, una reducción del 20,6% en solo un año. El propio ministro de Turismo, Juan Carlos García Granda, ya describió al 2024 como “el peor momento desde el 11 de septiembre de 2001”, como detalló REPORTUR.mx
Las quejas por deterioro de la infraestructura hotelera, falta de higiene, escasa atención al cliente y mal estado de los alimentos no son aisladas, pues según Cibercuba se han reportado además casos de robos y asaltos a turistas, lo que ha hecho que la inseguridad también sea un factor disuasorio (Cuba vuelve a hundir sus récords de mínimos en llegada de turistas).
Una turista rusa relató recientemente su decepcionante experiencia en un hotel cinco estrellas en Varadero: «Los grifos goteaban, los secadores no funcionaban y todo estaba sucio. Me sentí estafada», dijo, y también denunció comida en mal estado, insectos y un servicio deficiente: “Tratan a los turistas como cerdos”.
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