El zoológico New England en Boston ha encontrado la solución a la saturación: los precios variables o dinámicos. Esto es que la entrada cuesta más cara cuando hay más público y baja de precio cuando no hay nadie. El defensor del modelo, Johannes Reck, explica que la extensión de este modelo es la solución al caos que viven muchas atracciones turísticas saturadas.
Reck y su organización, GetYourGuide, se han unido a Amics de la Rambla en Barcelona para hacer lo mismo, lo cual se inicia con un análisis de su viabilidad. En Florencia, esta misma organización ha acabado con los tours de alcohol, para mejorar la calidad de vida de los residentes.
Estas no son las únicas soluciones a la saturación: hay que desestacionalizar, promover atracciones menos conocidas, y hacer un marketing que reduzca la demanda (o sea lo contrario para lo que existe el marketing). Todo pasa por el uso de la tecnología que permite saber casi con exactitud cuántos visitantes tendrá un lugar en un momento concreto.
En todo caso, actualmente el modelo está en muchos lugares colapsado. En Roma, la autoridad ha sancionado al vendedor de las entradas del Coliseo porque priorizaba a los viajeros que compraban todo el paquete suyo, limitando el acceso a los viajeros por libre. En París, como es bien conocido, el Louvre está en el caos por el exceso de demanda. La Torre de Londres está igual, con larguísimas colas.
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