Entre en una agencia de viajes o en cualquier OTA disponible en Internet y mire qué precios tiene un vuelo de ida y vuelta entre Europa y el Extremo Oriente. Son unas diez horas de viaje, aproximadamente. Es posible encontrarlos por 600 euros ida y vuelta. Gracias a la competencia de las aerolíneas chinas, yo encontré por menos, cosa que no es demasiado frecuente.
Mire qué vale el cruce del Atlántico norte, entre cualquier ciudad europea y Estados Unidos o Canadá. El precio más o menos es el mismo, incluso sin necesidad de acudir al vuelo con escala en Irlanda o en Islandia.
Y después compare con el precio desde Madrid a cualquier país de Sudamérica, con rutas de más o menos la misma duración. Francamente, es imposible encontrar un vuelo por menos de mil euros. Lo normal diría yo es 1.200.
¿Por qué Sudamérica cuesta, a distancias similares, el doble que otras rutas? En el caso del Atlántico Norte existe la explicación de que la proporción de viajeros en la muy rentable clase business es elevada, pero en las rutas a Extremo Oriente no sucede esto y, sin embargo, los precios son más bajos.
Obviamente, en Latinoamérica hay pocos operadores y, aunque hay competencia, esta no es tan feroz como en otras regiones.
No obstante, las diferencias de precios, tanto en temporada baja como alta, son impresionantes e inexplicables.
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