Este miércoles 1 de enero entró en vigencia la eliminación de controles fronterizos terrestres entre Rumania y Bulgaria, que son miembros de la Unión Europea desde 2007 pero no habían podido unirse a la zona de libre circulación comunitaria. Austria había vetado su adhesión al considerar que estas naciones no estaban haciendo suficiente ante la migración irregular.
Tras más de una década de espera y dos años de veto por parte del Gobierno austríaco, Rumanía y Bulgaria se integraron este miércoles 1 de enero de forma completa en el espacio Schengen, de libre circulación comunitaria.
Con esto se completa el ingreso de Rumania y Bulgaria al espacio Schengen, la zona de viajes libres más grande del mundo, con 3,5 millones de personas atravesando diariamente las fronteras interiores y más de 420 millones viviendo en su territorio.
La adhesión se había iniciado en marzo de 2024 con la apertura del tráfico aéreo y marítimo, pero aún quedaban por abolirse los controles terrestres.
Los ministros del Interior de ambos países coincidieron la noche del martes en el paso de Ruse-Giurgiu para retirar de forma simbólica una barrera en el Puente de la Amistad, que une a ambos países sobre el río Danubio, al tiempo que estallaban fuegos artificiales.
"Este es un momento histórico. Desde Grecia en el sur hasta Finlandia en el norte y todo el camino hasta Portugal en el oeste, se puede viajar sin fronteras", celebró el primer ministro búlgaro, Dimitar Glavchev.
Ambos países, los dos más pobres del bloque de los 27, atraviesan momentos de profunda inestabilidad, con Bulgaria al mando de un gobierno en funciones luego de seis elecciones generales desde 2021, y Rumania forzada a repetir sus elecciones presidenciales luego de la anulación del proceso por supuesta injerencia rusa.
Los dos habían recibido en 2022 el visto bueno de la Comisión Europea para completar la adhesión al espacio Schengen, pero enfrentaron un veto de dos años por parte de Austria, cuyo gobierno de conservadores y ecologistas objetaba las políticas de protección de fronteras exteriores de ambos países.
Finalmente, la oposición austriaca fue superada con la mediación de Hungría, que estaba a cargo de la presidencia rotatoria de seis meses de la UE, y logró que Viena levantara su veto en diciembre.
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Un bastión económico
Convertirse en miembros de pleno derecho de la zona Schengen tendrá un impacto positivo en las economías de ambos países y de todo el bloque en general. El paso de Ruse-Giurgiu, por ejemplo, era un habitual cuello de botella en el comercio continental.
El levantamiento de los controles para ciudadanos y mercancías del bloque supone una reducción significativa en los tiempos de espera en las fronteras y los costos logísticos para las empresas, además de representar un atractivo para los inversionistas extranjeros.
El presidente rumano Klaus Iohannis calificó el hito como “un paso natural y necesario”, y destacó los beneficios que traerá para los dos países y para toda la UE.
Rumania tiene cerca de un millón de húngaros étnicos que viven en la región de Transilvania, como producto de la partición de Hungría después de la Primera Guerra Mundial, y la eliminación de controles también beneficiará a esta población.
Para Bulgaria, el efecto financiero positivo podría ascender a 840 millones de dólares al año, bien sea en reducción de costos o en ingresos adicionales, de acuerdo con estimaciones de la Academia de Ciencias Económicas de ese país.
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Avances y retrocesos
Pero mientras algunos miembros de la UE avanzan en la aplicación de la zona de libre circulación, otros han hecho que ésta sufra retroceso.
Países Bajos, Alemania y Austria han comenzado a aplicar de nuevo controles fronterizos terrestres, argumentando preocupaciones en torno a la migración irregular y la seguridad dentro de su territorio.
Autoridades de Bruselas han advertido que la reimposición de obstáculos podría atentar contra los objetivos originales de la zona Schengen, que se inició en 1985 como un proyecto intergubernamental de cinco países (Francia, Alemania, Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo), y se ha expandido hasta comprender a 25 de los 27 países de la UE, más Noruega, Islandia, Suiza y Liechtenstein.
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Con Reuters, AP y EFE
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