Si no era un fracaso, lo parecía: las ventas del Airbus A330neo van fatal, oscurecidas por las del A350 y, sobre todo, por el A321XLR, que aún no se comercializa. En todo el año pasado apenas se vendieron 42 de esos aviones, muy lejos de los A320 –lo cual es en buena medida lógico–que colocaron 1.835 unidades en el año y, mucho más comparable, de los 300 A350 (Iberia desvela sus planes con el A321XLR, la nueva joya de Airbus).
Pero no hace mucho el presidente de Francia, Macron, y el de China, Xi Jinping, se entrevistaron y, como resultado, las aerolíneas chinas dicen ahora que comprarían cien aviones de este modelo, salvando una línea de producto que evidentemente estaba en crisis (Airbus asesta un nuevo golpe a Boeing en China).
Como resulta lógico, la decisión china es en parte respuesta al interminable caos de Boeing. Es verdad que hay una guerra comercial entre China y Estados Unidos, pero es que los problemas de Boeing son innumerables. Es posible que la adición de cien aviones más a las ventas de este modelo pueda aún animar a otros compradores y salvar un negocio que no termina de encajar en el mercado.
Aún no se ha hecho un anuncio formal de la operación, el cual es probable que llegue en unos días, durante la feria de Farnborough, en Londres.
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