British Airways es la última aerolínea que en Estados Unidos va a recibir una multa de más de un millón de dólares por no devolver el dinero de los billetes de avión a los viajeros por culpa de la pandemia. El Departamento de Justicia americano registró 1.200 quejas y eso le valió a la aerolínea británica esta tremenda sanción, dañina sobre todo en la imagen pública.
Cada aerolínea se inventó su propio mecanismo de engaño. British Airways hizo que los viajeros contactaran la aerolínea por teléfono para, a continuación, no estar disponible nunca. Sin atención telefónica al cliente, lógicamente no fue posible solicitar un reembolso que la aerolínea sólo admitía si se pedía por teléfono. Engaño impropio de una empresa seria. Por supuesto, en la página web se les olvidó habilitar un espacio para hacer llegar la solicitud de reembolso. Y, ya se sabe, si el viajero no lo pide –porque era imposible—no hay reembolso. Y no lo hubo.
Como la pandemia tardó en irse y los viajeros siguieron insistiendo, la aerolínea dijo que había que quedarse con cupones de vuelo, cuando la legislación dice que hay que reembolsar.
Aún hoy, British Airways sigue diciendo que actuó legalmente. El Gobierno americano, sin embargo, dice que esta multa es un “fuerte impedimento para futuras prácticas ilegales similares”.
A estas alturas, la aerolínea y ha reembolsado 40 millones a los viajeros y por eso se le ha reducido la multa.
A estas alturas, la aerolínea y ha reembolsado 40 millones a los viajeros y por eso se le ha reducido la multa.
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