Roberto Mata es un viajero de Avianca, la aerolínea colombiana. Hace ya un tiempo, acudió a Steven Schwartz, un abogado de Nueva York, para que presentara una demanda contra la aerolínea, aduciendo que un carrito de comida de esta compañía le había provocado una lesión en una rodilla. No sabemos si Mata eligió a Schwartz o, lo que es más probable, acudió al despacho Levidow, Levidow y Oberman de Nueva York y estos le asignaron este profesional.
Schwartz intentó darle cuerpo a la demanda, buscando otros casos anteriores similares. Como ahora todo el mundo confía en que su trabajo se lo haga ChatGPT, o sea la inteligencia artificial, Schwartz terminó por presentar una demanda diciendo que este caso era similar al caso Martínez vs. Delta Airlines; o al Zicherman vs. Korean Airlines, o al Verghese Vs China Southern. O sea que razón no le faltaba.
Los abogados de Avianca, lógicamente, intentaron comprobar que estos tres casos eran antecedentes de la demanda de Mata pero para su sorpresa descubrieron que nunca un Martínez ganó un caso a Delta; que un Zicherman ganó a Korean o que un tal Verghese ganó a China Southern. Así que fueron al juez de distrito, Kevin Castel y le expusieron su sospecha de que su colega de la otra parte se había inventado los casos, lo cual es un hecho muy grave en la práctica jurídica.
Bart Banino, el abogado de Avianca, afirma que pronto empezaron a pensar que había algo raro, porque los datos eran extraños. Pero no fue hasta que el juez conminó a Schwartz a que se explicara, cuando se supone la verdad. Schwartz dijo que había «consultado» a ChatGPT para «complementar» su investigación legal, y que la herramienta de inteligencia artificial era «una fuente que se reveló poco confiable». Y tan poco fiable.
Ahora lo que se debate es qué sanción tendrán los abogados de Roberto Mata.
Schwartz intentó darle cuerpo a la demanda, buscando otros casos anteriores similares
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