El modelo low cost en Latinoamérica al parecer no es exitoso porque no se enfoca en la reducción de costos de operación en aeropuertos, sino que se centra en bajar las tarifas quitando servicios en el avión, lo que solo beneficia al pasajero y hace que aerolíneas como Avianca y Aeroméxico terminen acaparando el mercado.
Con esa estrategia las aerolíneas de bajo costo solo consiguen aumentar la facturación, pero no aumentan su ingreso, lo que crea un desbalance al no poder generar provisiones para el futuro, así lo explica Eduardo Colbourne en su columna de A21.
Y es que en 2023 ya son cuatro aerolíneas latinoamericanas del modelo de bajo costo que han quebrado, entre ellas dos mexicanas, Interjet y Aeromar, y dos colombianas Viva Air y Ultra Air, mientras las aerolíneas Avianca y Aeroméxico se han reestructurado para sobrevivir luego de la pandemia acogiéndose al Capítulo.
“El modelo low cost no existe en América Latina y las aerolíneas que lo utilizan, lo único que tiene seguro a mediano y largo plazo, son problemas. La clave de una aerolínea y cualquier empresa es ganar bien, para dar buenos beneficios a sus inversores, pagarles bien a sus empleados, para dar buen servicio a sus clientes y cobrar el precio a sus clientes con base a sus expectativas y capacidad”, opina Colbourne.
Como lo informó REPORTUR.co, Avianca con la fallida integración de Viva Air, que terminó por cuenta de las condiciones que les impuso la Aerocivil, perdió US$240 millones que ya había pagado a la aerolínea de bajo costo, sin embargo, es un monto bajo para la aerolínea de cara a sus costos del primer trimestre y a lo que recibió por cuenta de carga y LifeMiles en el mismo periodo. (Avianca: Neuhauser, cerca de recuperar los millones perdidos por Viva Air).
De acuerdo a sus resultados financieros, sus costos operacionales ascendieron en el primer periodo contable del año a US$981,2 millones, lo que representa cuatro veces más de lo que pagó por Viva. Así mismo, por carga y por su programa de fidelización LifeMiles recibió US$258,3 millones en los tres primeros meses de 2023.
Con esa estrategia las aerolíneas de bajo costo solo consiguen aumentar la facturación, pero no aumentan su ingreso
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