Después de dos años sin Sanfermines, la capital navarra vivió la vuelta de su gran fiesta internacional en una jornada marcada por los nervios, la ansiedad y los recuerdos. Había ganas de Sanfermines ¡y qué ganas! Se lo decían los pamplonicas que se saludaban por la calle. «Por fin». Y se palpaba en las calles, donde ya desde primera hora la gente almorzaba y cogía fuerzas para las 204 horas de diversión que después de una larga espera de tres años se les presentaban por delante. Mónica Arrizabalaga y José F. Peláez han estado allí para contártelo.
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Había ganas de Sanfermines ¡y qué ganas! Se lo decían los pamplonicas que se saludaban por la calle. «Por fin»
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