lunes, 1 de noviembre de 2021

Sector hotelero estima que flexibilización les dará «respiro»



En septiembre pasado, el sector hotelero tuvo una ocupación promedio nacional de 34 %. Octubre cerrará con valores similares y, para los meses venideros de flexibilización, la Federación Nacional de Hoteles Venezolanos, Fenahoven, pronostica un crecimiento de 10 puntos más.

Alberto Viera, presidente de Fenahoven, analiza esas estimaciones como un elemento positivo, principalmente en la región Capital, “donde hemos mantenido el empleo”.

Quizás, estima, en las zonas turísticas sí ha desmejorado considerablemente la actividad, producto de la baja ocupación, la crisis de los servicios públicos, por los problemas de traslado y por la inconsistencia en el suministro del combustible.

“No obstante, la hotelería en general representa 153 mil puestos de trabajos para el país, entre directos e indirectos. Con la flexibilización de estos dos últimos meses, podremos planificar y mejorar las operaciones. Nuestros servicios dependen de una cadena de suministros que, ahora, puede equilibrarse para todos, con lo cual podremos ver en estos dos últimos meses alentadores resultados en los índices operativos y comerciales”.

En cuanto a las medidas de bioseguridad para la temporada, por ahora la sugerencia -desde el Ejecutivo nacional- es el uso del semáforo para la detección de posibles contagiados con el COVID-19.

“Tal vez esto ayudará a nuestros afiliados a saber la condición de vacunación y, a su vez, el resultado de la PCR de los clientes. Pero solo eso se ha anunciado, pues el aforo total no está cuestionado, en el caso las habitaciones”.

En este punto, Viera explicó que solo hoteles que sirven como resguardo y alojamiento de asistentes y personal operativo, médico y sanitario, son los que tienen restricciones de venta y uso que, en el caso de Caracas, son cerca de ocho de los afiliados a la federación.

Mientras los hospedajes que tienen restaurantes y salones, son los que siguen con límites de aforo de no más de 40 % de asistencia.

Un sector con pata coja

Según cifras de Fenahoven, en mayo de este año la ocupación a escala nacional fue de 14,72 %, la mitad de lo reportado antes de la pandemia, cuando el sector hotelero ya se encontraba en recesión.

De acuerdo a Vieira, durante las semanas flexibles la demanda de habitaciones solía aumentar 50 % respecto a las radicales, motivado principalmente a los problemas que encuentran los clientes para trasladarse de una ciudad a otra durante la cuarentena, por las alcabalas y los problemas para conseguir transporte público.

Otro problema que enfrenta actualmente el gremio es el de los servicios públicos, bien sea porque no son continuos o por los incrementos que han sufrido en el último año.

Un caso evidente, lo que ocurre en Nueva Esparta con los frecuentes cortes de luz y fallas en el suministro de agua.

“Los aumentos inconsultos nos ahogan financieramente, principalmente a nuestros afiliados que son hoteles familiares y ejecutivos con una capacidad instalada menor a 100 habitaciones por lo general. Tomando en consideración que no hemos tenido un flujo de caja constante, estuvimos dos años sin operar, y las ayudas y consideraciones por parte de las autoridades han sido pocas. Los servicios públicos han aumentado mucho, y en la hotelería esto representa 75 % de nuestra estructura de costos”.

El empresario puso como ejemplo el servicio de agua que aumentó 100 % con respecto a la factura del mes agosto en la región capital.

También el costo del relleno sanitario les ha golpeado el bolsillo: hay afiliados que reportan más de 800 % de incremento. “Han tenido que invertir en plantas eléctricas y pozos para poder operar, por consiguiente, estas ocupaciones terminan de asfixiar a los empresarios”.

Estas dificultades se suman a las que ya soportaba el sector. Cuando los casos de COVID-19 empezaron a incrementarse en el país, fueron notificados en reuniones bilaterales -con las autoridades municipales y la Zodi- de las condiciones del estado de emergencia nacional y, por tanto, instruidos para que cedieran un número acordado de habitaciones para albergar a los venezolanos que estaban regresando por la frontera, por un espacio de 15 días, y sin perder el control de la operación y de la propiedad.

Ellos se encargarían de la manutención de los afectados, la limpieza y desinfección de los espacios, tal como la seguridad. En muchos casos la ocupación se prolongó.

De esta situación, guardan las experiencias de 2005 y 2010 cuando, durante el mandato del fallecido Hugo Chávez, hubo una ocupación completa de la capacidad hotelera en todo el país, para albergar a cerca de 200 mil damnificados que dejaron las lluvias en esos períodos.

Por esa emergencia, los gastos de inversión para recuperar la infraestructura fueron cuantiosos pues no solo se trataba de reponer colchones y lencería, sino de arreglo de baños, ascensores, aires acondicionados, puertas y servicios públicos.

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1 comentario:

  1. Por esa emergencia, los gastos de inversión para recuperar la infraestructura fueron cuantiosos pues no solo se trataba de reponer colchones y lencería, sino de arreglo de baños, ascensores, aires acondicionados, puertas y servicios públicos.

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