El PSOE y Podemos prevén anunciar hoy sus enmiendas pactadas a la Ley de Memoria Democrática, que amenaza con convertirse en un quebradero de cabeza para Pedro Sánchez por la anunciada ofensiva de sus socios de legislatura contra la Monarquía. Más allá del absurdo de que el independentismo pretenda derogar media Constitución mediante una simple ley, y de que el PSOE no tenga más salida que oponerse a una aberración inconstitucional contra la Corona, lo cierto es que está flirteando con regular una suerte de amnistía mediante un juicio total al franquismo casi cincuenta años después de la muerte de Franco. De nuevo Sánchez pretende desenterrar la dictadura para mantener la fractura social en España y la polarización ideológica. Siempre que está en dificultades, Sánchez recurre a un revisionismo sectario y manipulador.

Nadie necesita su Ley de Memoria Democrática. No es una deuda pendiente con la historia, sino su enésimo anzuelo en busca de votos radicales.

La izquierda, obsesionada de nuevo con la dictadura