El masivo flujo de migrantes hacia Estados Unidos demuestra que el fenómeno «es mundial» y requiere soluciones coordinadas, dijo la directora para Centroamérica, Norteamérica y el Caribe de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), Michele Klein-Solomon, en entrevista con Efe.
«La migración es un fenómeno mundial, no solo está sucediendo en esta región (centroamericana)», subrayó Klein-Solomon, quien concluyó este viernes en Tegucigalpa una visita por el Triángulo Norte de Centroamérica, que integran El Salvador, Guatemala y Honduras.
Agregó que en los últimos meses se ha observado un alto flujo de migrantes «no solo de Centroamérica hacia el norte, sino también de otras regiones, como Cuba, Haití, Venezuela, África y Asia.
La alta funcionaria indicó que los migrantes extrarregionales que viajan hacia Norteamérica están «tomando rutas muy peligrosas, poniendo en riesgo sus vidas para poder llegar acá (a Centroamérica), y poder hacer su ruta final hacia el norte».
Ante el aumento de la migración, la directora regional de la OIM enfatizó que los Estados deben «compartir un análisis e información, pero también deben compartir la responsabilidad, no solo de dar estadísticas y diferentes datos, sino también analizar por qué las personas están poniendo en riesgo sus vidas para salir de estos países».
Destacó la importancia de que los Estados trabajen «juntos» para abordar las causas que fuerzan a las personas a dejar sus lugares de origen, fortalecer las sociedades y «tratar de disminuir esta migración que los pone en riesgo».
RETOS PROFUNDOS
Asimismo, expuso que en Centroamérica hay «retos muy profundos» en materia migratoria, muchos de ellos son económicos y sociales, por lo que el flujo migratorio «ha sido continuo».
Por otra parte, Klein-Solomon recalcó que los países centroamericanos enfrentan «muchos retos» para generar empleo y mejorar la vida, la seguridad y la estabilidad de sus pobladores, quienes son afectados por la pandemia de covid-19, los desastres naturales, la corrupción y la criminalidad.
La OIM quiere que la migración «sea una opción y no una obligación», y para ello debería haber «desarrollo económico y educativo en los países de origen», así como en la vida de las familias para que sean productivas en sus hogares, añadió.
Sin embargo, la directora regional de la OIM enfatizó que el desarrollo de los países debe ser «inclusivo», es decir, incluir a las comunidades indígenas, la población lesbiana, gay, bisexual, transexual e intersexual (LGBTI) y a los retornados.
«Tenemos que asegurarnos que el desarrollo incluya a todas estas poblaciones», señaló Klein-Solomon, quien dijo que «es esencial» que las personas que deciden migrar tengan «la información correcta y exacta».
ESPERANZAS EQUIVOCADAS
En la región hay una «distorsión de la información» sobre la migración, lo cual crea «muchas esperanzas equivocadas» en los migrantes y los traficantes de personas, conocidos como coyotes, «toman ventaja de todos los sueños de estas personas y ponen en riesgo sus vidas», afirmó.
«Es importante que las personas que están migrando tengan ese sentido de enraíce en sus comunidades, que se sientan conectadas con sus propias comunidades, tengan un sentido de identidad y sientan que pertenecen a sus comunidades y todo esto lo estamos viendo muy arraigado en la separación familiar», explicó.
La funcionaria de la OIM expresó su preocupación por la expulsión de migrantes por parte de Estados Unidos hacia el sur de México, en virtud de una norma que ampara la devolución de los extranjeros para evitar la propagación del coronavirus.
«Las expulsiones siempre son una preocupación cuando se hacen de manera desordenada, sin tomar en cuenta a las personas que están siendo expulsadas», subrayó.
«(La OIM ha) visto expulsiones que se llevan a cabo de noche o se envían personas a lugares donde no hay capacidad o no tienen el perfil para albergarlas, lo que más nos preocupa son estas medidas (de expulsión) sin un orden y sin ninguna capacidad para atender a las personas», agregó.
La Organización para las Migraciones espera ver «(personas) retornadas que lo estén haciendo de una manera humana, (pero) vemos que desafortunadamente a veces no lo es», acotó.
«(La OIM ha) visto expulsiones que se llevan a cabo de noche o se envían personas a lugares donde no hay capacidad o no tienen el perfil para albergarlas, lo que más nos preocupa son estas medidas (de expulsión) sin un orden y sin ninguna capacidad para atender a las personas»,
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