lunes, 17 de mayo de 2021

Mérida la resiliente, se viste de blanco en esta temporada. Glanys Santaella


El estado se reinventa en la búsqueda de mantener sus puertas abiertas al turismo

Escribir del estado que nos sorprende cuando se viste de blanco y con las más bajas temperaturas de Venezuela, es hacer referencia a la majestuosidad de sus bondades y especiales características que lo definen.
 
Mérida por excelencia posee algunos de los ecosistemas más hermosos y de mayor altura del país, su emblemático Parque Nacional Sierra Nevada ubicado en la extensa cordillera andina, compuesto por una cadena montañosa que incluye el célebre Pico Bolívar, con una altitud de 4.978 metros sobre el nivel del mar. Lo acompañan el Humboldt, el Bonpland, La Concha, El Toro y El León, los llamados por el notable humanista Tulio Febres Cordero como, “Las cinco águilas blancas”.

Sus posesiones geográficas son muchas, no haré referencia de ellas en este artículo, ya que estas líneas se las dedico a otra majestuosidad que ostenta, su gente. El merideño que le ha dado tanto y que actualmente sigue dándolo todo, que apuesta lo que tiene para que su tierra no desmaye y continúe siendo un lugar referente para visitar. A pesar de las desfavorables circunstancias que han convertido la cotidianidad en una travesía, Mérida sigue erguida, se ha reinventado para mantener sus puertas abiertas para quien tenga el privilegio de recorrerla.
 
Su topografía ha permitido establecer espacios de esparcimiento únicos, hospedajes espectaculares, turismo de aventura y deportes extremos, parques temáticos, la oferta gastronómica emergente es reveladora, variada y auténtica, ya que la amplia gama de ingredientes de calidad y frescura permite crear platos excepcionales. Los alimentos que se cosechan en el Estado son distribuidos en el resto del país, siendo proveedores de la gran mayoría de las hortalizas, frutas, vegetales, granos, cacao, café, que consumimos a diario en nuestros hogares.
 
Hoy se producen alcachofas y espárragos en Timotes, fresas y flores en Bailadores, variedad de champiñones y portobellos en localidades del páramo, trucha salmonada en Santo Domingo, cría de corderos y cabras en fincas situadas al sur de la ciudad, quesos artesanales que van desde el mozarella, tipo brie, algunos con mayor tiempo de maduración como el parmesano y el tradicional ahumando. En cualquier rincón del Estado que exista un merideño emprendedor, creativo y con sentido de oportunidad, habrá un producto o servicio de alta calidad elaborado en Mérida.
 
Contar con esta materia prima, ha permitido que el talento culinario siga creciendo, la oferta gastronómica tradicional se mantiene, desde el pastel de queso y papa, la pizca andina hasta una especie de cocina criolla mediterránea como la define Xinia Lauterbach, la dueña junto a su esposo Peter de la estancia y comedor Xinia y Peter, ubicados en la afueras de la ciudad en el sector de la Mucuy Alta, Tabay. Cuentan con 21 habitaciones y un comedor especial con gastronomía dirigida compuesta por un menú de cinco platos de degustación. Para contacto visitar www.xiniaypeter.com
 
Otra maravillosa opción de hospedaje entre montañas, es una hermosa casa totalmente equipada, de tres habitaciones y tres baños de propiedad de Yajaira Torres. Ubicada en el sector Los Muros de Tadeo en la Toma, a 5 minutos de Mucuchíes. Sus amplios espacios la caracterizan, cuenta con chimenea, parrillera, Wifi, y dentro de los servicios tienes la posibilidad de tener todas las comidas en la propia casa, hechas por la manos de una merideña cálida y amorosa. 

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1 comentario:

  1. Otra maravillosa opción de hospedaje entre montañas, es una hermosa casa totalmente equipada, de tres habitaciones y tres baños de propiedad de Yajaira Torres. Ubicada en el sector Los Muros de Tadeo en la Toma, a 5 minutos de Mucuchíes

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