Los Farallones de Tecsecocha, ubicados a solo 45 minutos de la ciudad del Cusco, se presentan como una nueva opción dentro de la oferta turística cusqueña. La promoción de este inédito destino está a cargo de la Municipalidad Provincial del Cusco y cumple con el objetivo de contribuir con la reactivación de la economía local luego de la pandemia.
Este atractivo natural está localizado en el centro poblado de Ccorca, con una altitud de 3600 msnm, estos farallones son formaciones rocosas con una antigüedad de miles de años, y son consecuencia de la erosión y el movimiento de las placas tectónicas a lo largo del tiempo.
Su composición mineral es a base de lutitas pardo-rojizas y areniscas. Tienen una altura que va desde los 40 hasta los 100 metros y presenta hermosos miradores naturales desde donde se puede apreciar todo el panorama del distrito de Ccorca, Tecsecocha y Cusco.
Las vías de este inmenso paisaje son aquellas que formaron parte del
Qhapaq Ñan o Camino Inca, tramo que era recorrido por los chasquis con el fin de administrar los recursos existentes de manera eficiente a lo largo del territorio andino.
Según la perspectiva de muchos historiadores, estos farallones se utilizaron como un sitio de asentamiento humano y posteriormente, por los Incas como lugar de entierro de importantes caciques y curacas indígenas. En el área, se han descubierto gran cantidad de tumbas, las cuales pueden ser visitadas por los viajeros.
Otra característica interesante de este lugar, es la presencia de pinturas rupestres que datan del año 2000 a 2500 a.C, las cuales representan diversas escenas de pastoreo de camélidos propias de la época. Además, en el lugar existe una gran catarata de más de 50 metros, la cual está rodeada de hermosas plantas nativas.
Debido a su excelente ubicación geográfica, en la zona abundan diferentes tipos de vegetación, entre ellos chachacomos, queuñas, kantus, eucaliptos y helechos. Por otro lado, la zona también posee una vasta diversidad de fauna andina como lo son el gorrión andino, el ibis plateado, los zorros y las tarucas.
¿Cómo llegar a los Farallones de Tecsecocha?
Para llegar a los Farallones, tomamos como punto de inicio la ciudad del Cusco. Desde el distrito de Santiago, se pueden tomar carros colectivos desde el grifo Puquin. El transporte te llevará durante 35 a 40 minutos por una ruta de trocha. Una vez en Ccorca, se debe caminar por 10 minutos por un sendero que conduce directamente a los Farallones.
Es recomendable iniciar el recorrido por arriba de las formaciones, en donde se encuentran las pinturas rupestres, para luego salir por la catarata. Este será el momento preciso para tomar fotografías debido al paisaje que deja sin aliento a más de uno.
¿Qué hacer en Farallones de Tecsecocha?
La diversión en este destino está 100% asegurada y puede llegar a ser extrema gracias a la topografía del lugar. Muchas personas optan por practicar deportes extremos como Rapelling, Zipline y por supuesto, trekking.
Un dato imperdible para este viaje es que el ingreso tanto a los farallones como a la catarata es 100% gratuito. Por lo que si estás buscando ahorrar, este destino es perfecto.
¿Cuál es la mejor temporada para visitar los Farallones de Tecsecocha?
Al igual que en la mayoría de destinos turísticos, la mejor época para visitar Tecsecocha es la época de sequía, que va desde abril hasta noviembre. No obstante, si visitas este lugar en temporada lluviosa, de diciembre a marzo, te recomendamos llevar ropa impermeable y zapatos especiales para la lluvia.
Con el objetivo de reactivar la economía luego de un año de pausa, se está llevando a cabo un trabajo de asfaltado de la vía de acceso a los Farallones, de esta manera, se facilitará la llegada de mayor cantidad de turistas.
Además, las autoridades locales han establecido todos los protocolos de bioseguridad necesarios para garantizar un circuito seguro para los visitantes y para que sea posible la degustación de la gastronomía local.
Además, las autoridades locales han establecido todos los protocolos de bioseguridad necesarios para garantizar un circuito seguro para los visitantes y para que sea posible la degustación de la gastronomía local.
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