“Salimos más fuertes” y “no dejar a nadie atrás”. Estos han sido dos de los lemas más famosos del Gobierno en los últimos meses, que contrastan con la realidad que están viviendo las pequeñas agencias. Casi la cuarta parte de la planta española ya ha cerrado o prevé hacerlo en breve, mientras varios cientos de personas han sido despedidos de intermediarios más medianos ante la falta de ayudas públicas.
El Gobierno ha dedicado 795 millones de euros públicos para salvar de la quiebra a Globalia, pero las agencias pequeñas han quedado fuera de este salvavidas estatal. Esta semana se ha conocido que Tui o IAG7 se unían a otras empresas como Logitravel en verse obligados a reducir plantillas. Pese a la imposibilidad para vender desplazamientos y la ausencia de ingresos, la administración ha seguido reclamando impuestos al eslabón más débil del turismo.
Carmen Riu ya dijo que le sorprendía como un gobierno de izquierdas había dejado desamparado de esta manera a los trabajadores turísticos. Un ejecutivo con dos ministros del Partido Comunista, incluida una de las cuatro vicepresidencias. Un Gobierno cuyos partidos que lo sustentan han hecho bandera de su lucha contra el poder de las grandes corporaciones, y que a la hora de la verdad lo que han hecho es repartir dinero público para que los grandes aumenten su músculo frente a los pequeños.
Las ayudas públicas y los estímulos fiscales en los países del entorno de España sí han sido una realidad para los más débiles del turismo. Ningún país se ha visto económicamente más golpeado que España gracias a nuestra fortaleza turística, pero mientras en Italia se ha creado un ministerio de Turismo, aquí se anuncia la intención de poner en el limbo a la ministra Maroto, al meterla en la arena electoral de la Comunidad Autónoma de Madrid.
La defensa del Turismo ha estado en entredicho en miembros del gobierno y de algunas autonomías turísticas como Baleares. Todos los grandes destinos del Mediterráneo han presentado planes de vacunación con prioridad para la industria turística o de establecimiento de corredores seguros para asegurar una fructífera temporada alta, en contraste con España. Con ello, muchas pequeñas agencias receptivas quedan en el alero.
Los más débiles del sector turístico han salido por tanto de este trance menos fuertes y quedándose atrás. La falta de apoyo público explica también que varias empresas hayan tenido que despedir a cientos de trabajadores, al no recibir sus empresas ayudas ni exenciones de impuestos, a la vez que a sus competidores gigantes se les ha reforzado con rescates, incluso aún contando sus propietarios con múltiples y valiosas propiedades hoteleras en el Caribe. No era este quizás el escudo social que esperaban los votantes del actual Gobierno.
Los más débiles del sector turístico han salido por tanto de este trance menos fuertes y quedándose atrás. La falta de apoyo público explica también que varias empresas hayan tenido que despedir a cientos de trabajadores
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