Salvo la sardina, el pescado siempre ha sido una proteína costosa. / Foto: CORTESÍA bancaynegocios.com
Una de las principales tradiciones del venezolano es comer pescado jueves y viernes de Semana Santa, para así evitar consumir carnes rojas durante estos dos días, debido a la culminación de la cuaresma católica, destaca el portal web de noticias bancaynegocios.com
Durante un recorrido hecho por Banca y Negocios por algunas pescaderías del oeste de la Capital, Esmeraldo Dos Ramos, encargado de un comercio donde venden esta proteína manifestó que, a pesar de la cuarentena radical, las ventas han sido «buenas» y que los precios oscilan entre los 1.600.000 bolívares por el kilogramo de sardina hasta los 18.000.000 por el kilo de lomito de atún.
“El más económico, el Corocoro se vende a 4.000.000 de bolívares, el Roncador tiene un precio de 5.000.000,así como el Tajalí. El que está más caro es el filet de Corvina en 18 o 20.000.000 de bolívares, el Carite está a 12.000.000, y el atún está a 18.000.000 de bolívares”, mostró su lista de precios el entrevistado.
Hay un cambio de hábito en el consumo de pescado porque la hiperinflación obliga a privilegiar especies que en otros tiempos no eran muy demandadas, especialmente en las capitales del país.
Expresados en dólares oficiales, los precios del pescado oscilan entre 2 y 10 dólares por kilo en comercios del oeste; sin embargo, las especies más costosas se pueden conseguir entre 15 y 18 dólares en locales del este capitalino.
Algunos caraqueños que, como Ramón Ortiz, recorren las pescaderías expresaron que a pesar de los altos precios y el poco poder adquisitivo hacen un esfuerzo para comprar pescado esta Semana Santa, por lo que esperan conseguir «lo mejor y a buen precio».
“Trato de comer pescado siempre, más por la tradición que es Semana Santa, en estos tiempos de crisis económica. El pescado es uno de los alimentos más sanos”, expresó
“La costumbre no hay que dejarla”, asegura Isabel Ramos, quien prefiere comprar pescado, preferiblemente sardina, que es “la más barata” antes que carne.
Por su parte, María Hernández hace cola en la pescadería esperando que le alcance el presupuesto para comprar el pescado de su preferencia. “Generalmente compro Roncador, pero veré si me alcanza; si no, me iré por uno más económico”, comentó
Distorsión en los precios
La Ministra de Comercio, Eneida Laya, dio a conocer a través Twiter, que junto con el Ministerio de Pesca y Acuicultura desplegaron un operativo especial en el Mercado mayorista de Coche, ubicado en la parroquia El Valle del Distrito Capital, para evaluar los precios del pescado ante el aumento en el consumo de esta proteína durante Semana Santa.
La funcionaria indicó que se había llegado a un acuerdo para fijar precios de 35 tipos de pescado, entre los más consumidos por la población.
Por otra parte, mientras el Nazareno era llevado por Caracas en Papa Móvil, el organismo regulador de precios desarrolló inspecciones en cadenas de supermercados, mercados y otros establecimientos en Caracas y otras regiones del país, con la intención de ordenar «ventas supervisadas», si había «distorsiones» en los precios.
En CLAP con descuento
El Ministro de Pesca y Acuicultura, Juan Luis Laya, anunció la distribución de más de 6 millones de kilos de pescado en todo el país, a través de el «Plan de entrega biosegura de pescado».
La distribución se está haciendo en coordinación con los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) y la Corporación de Servicios Pesqueros y Acuícolas, S. A. Distribución y comercialización de proteína pesquera y acuícola (Corpesca).
Sobre el precio del pescado, el ministro Juan Luis Laya, detalló que es 80% más económico si se compara con cualquier comercio que vende esta proteína durante la semana santa.
La escasez de diésel ha comprometido la distribución de pescado, así como las actividades de extracción en el oriente del país, y es una de las principales explicaciones para que los precios hayan aumentado hasta en 3.500% en comparación con el año pasado.
Salvo especies como la sardina, el pescado siempre ha sido una proteína costosa, por los problemas estructurales de la flota pesquera nacional y la falta de incentivos a una captura masiva.
Salvo especies como la sardina, el pescado siempre ha sido una proteína costosa, por los problemas estructurales de la flota pesquera nacional y la falta de incentivos a una captura masiva.
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