El aeropuerto de Barajas sigue siendo un coladero por el que transitan potenciales pasajeros con COVID, ya que un elevado porcentaje de ellos no son auscultados sanitaria y policialmente. Este descontrol repercute en la salud de los madrileños en particular y en la de los españoles en general.
Un fallo que tiene su alta incidencia, lógicamente en la actividad turística, pues se presenta a Madrid ante el mundo como un destino inseguro. Los controles sanitarios realizados hasta ahora en Barajas ascienden a 17.000, los mismos que se han llevado a cabo en el municipio de Colmenar Viejo.
El descontrol no es de ahora, tal como venimos publicando aquí desde hace un año. No se trata de una estrategia política de Moncloa de cara a las elecciones del 4 de mayo en la Comunidad madrileña, sino de una manifiesta dejadez de Aena.
De la máxima autoridad aeroportuaria o del propio ministerio de Transportes, cuyo titular lleva a cabo una política errática y contradictoria: por un lado ayuda a empresas turísticas como Air Europa, Barceló y Plus Ultra, y por otra pone palos a la rueda del motor de la economía española al permitir el coladero de Barajas.
Jose Luis Ábalos, perejil en todas las salsas, igual está al lado de empresarios turísticos con el agua al cuello —por cierto, la ayuda a Barceló no se entiende porque el grupo tiene deuda cero y mucha liquidez—que en contra de la industria que da de comer al país.
En su vida privada Ábalos puede hacer lo que quiera, irse de copas a Ibiza o pasar las vacaciones a lo grande en el Palacio Guía de Isora, pero como responsable máximo de AENA y los aeropuertos debe rendir cuentas.
Ningún lobby empresarial, ninguna asociación turística nacional, ni mucho menos la CEOE que cada día se parece más a los pasotas tragapanes del Ibex, lo cuestionan.
Es más, en algún lobby poderoso uno de sus miembros destacado lo considera como el mediador ideal, mejor que Maroto”, para llegar a Moncloa en la búsqueda de soluciones a los graves problemas del turismo español. Un puente sobre el río Kway, visto lo de Barajas.
Es más, en algún lobby poderoso uno de sus miembros destacado lo considera como el mediador ideal, mejor que Maroto”, para llegar a Moncloa en la búsqueda de soluciones a los graves problemas del turismo español. Un puente sobre el río Kway, visto lo de Barajas.
ResponderEliminar