Ante la situación de incertidumbre los viajeros post Coronavirus apuestan por estancias de más de quince días o un mes en destinos cercanos a su residencia habitual.
En un verano tan peculiar como incierto, el turismo rural se ha impuesto como la opción ideal para disfrutar de las vacaciones.
Los destinos de interior, los pueblos con menos de 5.000 habitantes y las casas de alquiler íntegro con piscina han sido las auténticas estrellas de la temporada. Tanto, que algunos municipios colgaron el cartel de completo hace semanas.
El motivo principal de los viajeros para optar por este tipo de alojamientos ha sido la intimidad y la tranquilidad que ofrecen, así como la seguridad de no tener que compartir las zonas comunes o de hacerlo con un número muy reducido de personas.
Esto ha hecho que el turismo rural haya crecido notablemente durante este verano.
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