“Los autobuses no pueden pasar de 7 mil kilómetros sin hacer un cambio de aceite y algunos ya los tenemos cerca de 9 mil. No hay lubricantes para motores fuera de borda, es difícil conseguir un peñero en Punta de Piedras y en La Isleta, porque no hay aceite para motores de dos tiempos”, aseguró, sumando a la escasez, que un cambio de aceite y filtro está por el orden de los 5 millones de bolívares, lo que lleva a calcular tarifas muy altas para sostener la estructura de costos.
Dijo Peláez que la consecuencia de la situación se contabiliza en seis empresas de servicios turísticos cerradas, dedicadas al buceo, jeep safari y navegación. De nueve quedan solo tres operativas.
Aseguró que incluso es casi imposible negociar vuelos chárter porque en la región no hay combustible de avión. Las empresas cargan en tierra firme, pero en Margarita no pueden volver a surtir.
“Estamos viendo un grave problema entre las instituciones, no se ponen de acuerdo entre ellas mismas, y más bien compiten entre sí”.
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