La salina de Pampatar muestra un paisaje espectacular. / Foto: DANIEL RAMÍREZ |
En la actualidad su sal no es explotada comercialmente, por lo cual estas grandes extensiones forman parte de los grandes paisajes que brinda el estado Nueva Esparta.
Estas salinas eran aprovechadas por los colonizadores españoles junto con otros recursos con los que aun cuenta la región insular.
Hoy día las Salinas de Pampatar son increíblemente un punto turístico de referencia, observado mayormente desde el faro de Punta Ballena. El contraste de colores que se forman al caer la tarde o al amanecer, son temas hermosos para ser capturados con la lente de una buena cámara o simplemente con un celular.
El nombre de Pampatar proviene del vocablo guaiquerí Mampatare que significa Pueblo de la Sal. Fueron los guaiqueríes quienes le daban uso a la sal para su qué hacer cotidiano, antes de la intromisión de la corona española a tierras neoespartanas.
Es impactante como el proceso de mineralización altera el colorido de las aguas con el pasar del día; que van desde matices de un tornasol al azul y luego al rojo para culminar con un blanco cristalino. Este efecto depende de la posición del sol en el firmamento y de la profundidad del agua.
Llegar a la Salina de Pampatar puede ser difícil ya que el camino es rústico y se requiere de un buen vehículo. La entrada a la carretera que lleva a la selina es por la plaza de La Caranta en dirección hacia las casitas de Pampatar; se va bordeando el camino buscando el cerro de Punta Ballena. Al pasar el sector Las Casitas, ya es posible visualizar las salinas.
Adentrándose al final y a un costado de las salinas, justo debajo del faro de Punta Ballena se puede encontrar la llamada Cueva de Bufón, donde las vistas son impresionantes. Desde esta cueva se pueden observar los acantilados que están bajo la estación hidrográfica y el romper de las olas del mar.