Vistazo a una pantalla en el respaldo de un nuevo asiento Recaro. Recaro |
Delta, United, American, Southwest y otras aerolíneas en todo el mundo han instalado asientos con esbeltos marcos metálicos y almohadones ultradelgados, además de estrechar las filas para que quepan más personas en cada vuelo. Tres cuartas partes de la flota de Delta en Estados Unidos y 25% de la de United han instalado los nuevos asientos delgados.
Los asientos livianos —e incluso algunos baños nuevos más angostos— mejoran las finanzas de las aerolíneas que pueden consumir menos combustible por pasajero y vender más boletos por vuelo.
Los pasajeros, no obstante, pueden sentir la diferencia: algunos se quejan por el relleno más duro en los respaldos de los asientos y los problemas para acomodar las rodillas y comparan volar en el asiento nuevo con amontonarse junto a extraños en un banco de plaza repleto de gente.
Reducir la distancia entre un asiento y otro solía ser algo que sólo hacían las aerolíneas de bajo costo y los operadores de vuelos charter. Ahora se está volviendo una práctica más común.
Cada fila de asientos en clase turista solía tener de 81 a 84 centímetros de espacio para un pasajero sentado, medido entre los cabezales de dos asientos contiguos. Pero ahora muchas grandes aerolíneas lo redujeron a 79 centímetros de distancia. United llega a ofrecer apenas 76 centímetros en algunos de sus aviones Boeing 737.
En el caso de algunas aerolíneas, la situación va a empeorar. Boeing anunció en septiembre el uso de una configuración más compacta de asientos en los 737 llamados 737 MAX 200, que apuntan a las aerolíneas de bajo costo.
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